El vicio secreto

El vicio secreto

El vicio secreto

El consumo de pornografía nunca es inocente.
¿Cómo podemos superar este mal hábito?

La pornografía es el conjunto de obras audiovisuales o escritas que presentan contenidos sexuales explícitos, con el objetivo de provocar la excitación sexual de quien está recibiendo el contenido. Es un vicio secreto, y muchos cristianos se sienten esclavizados por ella, aunque su primer contacto con este tipo de contenido haya sido accidental y prematuro.

La pregunta inicial es: ¿Por qué alguien se siente motivado a ver pornografía? Te dejo algunos motivos: simple curiosidad; predisposición genética a la impulsividad y a las adicciones; altos niveles de hormonas como la testosterona o el estrógeno; exposición temprana a contenido sexual; infancia y adolescencia sin un adecuado control de los adultos; y ocio o estilo de vida sedentario.

Ahora bien, este consumo no es para nada inocente, sino que tiene consecuencias: el cerebro obtiene una recompensa por medio de la masturbación y placer luego de ver pornografía. Esto requiere una descarga cada vez mayor de dopamina, que a su vez aumenta el apetito por ver estas imágenes y hace que uno se vuelva dependiente de ellas. Este espiral de vicio secreto lleva a una adicción y a una doble vida. Así, se acrecientan los sentimientos de culpa o vergüenza. 

Además, hay una marcada ruptura en las relaciones personales, y eso conduce al aislamiento social, la hostilidad o la irritabilidad ante restricciones o sugerencias relacionadas con no ver pornografía. La pornografía también conduce a la depresión y a la ansiedad.

Es importante visibilizar este problema dentro del ámbito cristiano. The Barna Group hizo un estudio sobre esto que incluye 432 pastores adultos y 338 pastores jóvenes. El informe revela que el 57 % de los pastores adultos admitieron luchar actualmente, o haber luchado en el pasado, contra este mal, en comparación con el 64 % de los pastores jóvenes. El 14 % de los dirigentes de mayor edad dijeron que actualmente están sumergidos en este mal, en comparación con el 21 % de los líderes de menor edad. Más de uno de cada 10 pastores jóvenes describieron su lucha como una adicción, y uno de cada 20 pastores adultos también la considera así. Muchos líderes religiosos que batallan contra la pornografía dicen que esto ha afectado negativamente su ministerio. Como ves, es un problema que afecta a muchas personas. 

¿Cómo vencer la pornografía?

Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Por eso, no debemos exponerlo a tentaciones innecesarias. Haz la oración de Job 31:1 y 2 (NTV): “Hice un pacto con mis ojos, de no mirar con codicia sexual a ninguna joven. Pues, ¿qué ha escogido para nosotros el Dios del cielo? ¿Cuál es nuestra herencia del Todopoderoso en las alturas?”

Para superar este problema, considera lo siguiente:

1- La pornografía es un pecado. Arrepiéntete. Corre a Jesús. La Biblia dice que donde hubo pecado sobreabundó la gracia. Pide perdón por tus pecados y acércate a Dios. Busca fortaleza en él. En Jesús puedes ser más que vencedor.

2- Trabaja la conexión con Dios, contigo mismo, con tu familia y amigos, con tu iglesia y con un mentor, consejero o psicoterapeuta. Todos quieren lo mejor para ti.

3- Mantente ocupado en las actividades de la iglesia, sobre todo en las del Club de Conquistadores y actividades juveniles. Si estás ocupado, Satanás no podrá encontrar una brecha por donde entrar.

4- Ten un guía espiritual: un pastor o dirigente que sea muy discreto y que te apoye y guie con pautas para abandonar esta práctica y con su oración intercesora.

5- Bloquea, elimina, aléjate de manera radical de todo lo que pueda tentarte a volver a caer.

6- Si ves que solo no puedes, busca ayuda. Cuando estas sugerencias no son suficientes, estás luchando contra una adicción. Los profesionales de la conducta están para apoyarte en este proceso difícil, y Dios está contigo. No te sientas solo. Acepta que esto te ha superado y pide ayuda. Aparta los primeros minutos de cada día para orar al Señor por dominio propio. 

7- Evita películas o series que contengan escenas sexuales. Coloca la computadora donde todos la vean y no duermas con el celular cerca.

8- En Jesús puedes ser más que vencedor. Recuerda que eres amado por Dios. Ve a él sin temor. ¡Dios no te ve como un adicto, te ve como su hijo amado!

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.

Escrito por Vicky Fleck, estudiante de Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba y miembro de la Iglesia Adventista de Córdoba Centro. @vickyfleck

El fracaso, las diatomeas y los huesos de Eliseo

El fracaso, las diatomeas y los huesos de Eliseo

El fracaso, las diatomeas y los huesos de Eliseo

¿Qué tienen en común todas estas cosas?

Estaba mirando a Will Smith explicar el viaje de la arena en la serie documental One Strange Rock (Una extraña roca) cuando escuché por primera vez acerca de las diatomeas. Cada año, los vientos impulsan toneladas de arena sahariana, y las transportan en un épico viaje de 9.650 kilómetros, a través del Atlántico y hasta el corazón de la región amazónica del Brasil. 

Resulta que esta arena fertiliza al Amazonas, porque contiene nutrientes como el fósforo y otros fertilizantes esenciales. Sin ella, la región amazónica no sobreviviría. 

Pero, espera un minuto… ¿Cómo es posible que la arena del desierto fertilice a una selva tropical? ¿Qué hace que la arena del Sahara sea tan rica en nutrientes? ¡La respuesta son los cadáveres de diatomeas! 

Las diatomeas son algas unicelulares microscópicas. A pesar de su minúsculo tamaño, tienen una función muy importante: producen alrededor del 50 % del oxígeno que respiramos (¡Y nadie les da las gracias!) Las diatomeas se pueden encontrar en todos los océanos y lagos del mundo.

Sorprendentemente, el Sahara fue una vez un exuberante oasis lleno de lagos, donde vivían miles de millones de diatomeas. Después de florecer, estas diatomeas murieron y se hundieron en el fondo de los lagos. Pero a diferencia de otras algas, las diatomeas no se descomponen porque sus paredes celulares, también llamadas coberturas, están compuestas de sílice. Como resultado, los “esqueletos” de estas diatomeas se acumularon como sedimentos en el fondo de los lagos. Cuando los lagos se secaron, expusieron las coberturas de las diatomeas, permitiéndole al viento reescribir su historia.

¿Cómo defines el éxito? Cuando los sueños se secan y los oasis se convierten en desiertos, a menudo saco conclusiones precipitadas y etiqueto esas experiencias como “fracasos”. ¡Estoy tan apurada por lograr resultados tangibles! Y aunque la paciencia es una virtud indispensable, hay un punto todavía más importante que tendemos a olvidar.

El punto es que, como cristianos, tenemos una definición del éxito que es mucho mejor. El éxito no es simplemente el resultado, sino el viaje en sí. En el reino de Dios, ser fiel es ser exitoso. Fuimos llamados a dar lo mejor de nosotros mismos, confiando en que Dios garantizará los resultados. Esto nos permite anclar nuestra identidad en un terreno mucho más firme que el éxito o los logros.

Por esto, cuando nos enfrentamos a un aparente fracaso, no desesperamos. “Yo respondí: ‘¡Pero mi labor parece tan inútil! He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito. No obstante, lo dejo todo en manos del Señor; confiaré en que Dios me recompense’ ” (Isa. 49:4, NTV, énfasis agregado). Para comenzar a mirar a través de la lente de la fidelidad, en lugar de los logros, debemos aprender el arte de ver lo invisible.

A primera vista, la muerte de Eliseo parece un final infeliz e irónico para la vida de este profeta. El mismo hombre que Dios usó para sanar a tantos yacía indefenso en la cama. El profeta que resucitó al hijo de la sunamita estaba sucumbiendo a una enfermedad común. Mientras que su predecesor, Elías, fue llevado al Cielo en un carro de fuego, no hubo fanfarrias para Eliseo. Había pedido una doble porción del espíritu de Dios, pero su último acto registrado en la Biblia fue enojarse con el rey Joás por su falta de fe (2 Rey. 13:19). ¿Fue su carrera como profeta un fracaso? Por supuesto que no. ¡Eliseo fue fiel!

Para correr un poco el velo de lo invisible, la Biblia registra una historia inusual. Algún tiempo después de la muerte de Eliseo, un grupo de israelitas estaba enterrando a un hombre. De repente divisaron una banda de asaltantes moabitas y, aterrorizados, arrojaron el cuerpo en la primera tumba que encontraron. ¡Resultó ser la tumba de Eliseo! Cuando el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, el hombre volvió a la vida (2 Rey. 13:20, 21). 

Amo esta historia porque ilustra poderosamente cómo Dios se encarga de los resultados. Eliseo estaba muerto y enterrado; no sabía nada y no podía hacer nada. Pero servimos a un Dios que puede obrar milagros con huesos secos y cadáveres de diatomeas. Entonces, sin que Eliseo ni siquiera moviera un dedo, Dios reescribió completamente su historia.

Dios nos llama a ser fieles, no a ser exitosos. Considera cuánta gracia hay en ese llamado. Dios está quitando la carga del éxito de nuestros hombros y colocándola sobre sí mismo (Mat. 11:29). Él nos invita a enfocarnos en lo invisible; a anclarnos en él. 

No permitas que las circunstancias te engañen. Los resultados finales siempre están en las manos de Dios. ¡Sé fiel! El viento del Espíritu puede impulsar los restos secos de tus sueños y usarlos para fertilizar un paraíso lejano, verde y exuberante. Incluso después de que te hayas ido, Dios puede usar tu ejemplo de fe y obediencia para revitalizar a otros. Permanece fiel. 

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.

Escrito por Vanesa Pizzuto, Lic. en Comunicación y escritora. Es argentina, pero vive y trabaja en Londres.

Winners

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Estrategias para vencer las tentaciones.

A nadie le gusta perder, ¿o sí? ¿Conoces a algún amigo o amiga que disfrute de la derrota? Sea lo que fuere que hagamos (un juego, una actividad, un examen, etc.), queremos que nos vaya bien.

Si hablamos de nuestra vida espiritual, vemos que Dios nos llama a ser vencedores. Sin embargo, para lograrlo, hay que derrotar a dos enemigos complicados (podríamos decir que tenemos dos partidos muy difíciles): uno es el diablo, el mismo Satanás, el gran acusador. Mentiroso desde siempre y astuto como nunca, él tratará de engañarnos. El otro eres tú mismo. Sí. Nosotros podemos boicotearnos a nosotros mismos, prometer cosas y no hacerlas, y ser inconstantes y cambiantes. 

Checklist para vencer las tentaciones

Recuerda que la tentación no es pecado: Tal vez te sientas mal por tener ciertas inclinaciones, deseos o tendencias a hacer algo que no es correcto. Es así. Somos humanos y nuestra naturaleza es mala. El pecado es ceder a la tentación, no ser tentado.

Recuerda que no estás solo: Esta es una lucha que se realiza en compañía de Dios y con la ayuda de Jesús. Por medio de su Espíritu Santo, él está con nosotros todos los días. Reclama las promesas divinas. Su presencia es un hecho. 

Recuerda que una victoria llama a otra victoria (¡Cuidado, lo mismo sucede con las derrotas!): Resistir la tentación una vez te dará más fortaleza para resistir otra vez y otra vez. Los triunfos se encadenan. Claro que, si cedes, una derrota también llama a otra derrota y puedes deslizarte como por un tobogán hasta lugares muy tristes. 

Analiza tus debilidades y evita situaciones, personas o lugares que te puedan hacer caer: Tú sabes muy bien cuáles son tus debilidades y contra qué tentación luchas; por ejemplo, si cada vez que te reúnes con cierto grupo de personas beben alcohol y cedes a la tentación de consumir esa sustancia dañina, al evitar juntarte con ese grupo, habrás dado un gran paso hacia la victoria.

Ora y estudia la Biblia: Si bien estas acciones son obvias, a veces las pasamos por alto y confiamos solo en nuestra fuerza de voluntad. Dedica cada día tiempo a orar y a estudiar en profundidad la Biblia. Al hacerlo, estarás más cerca de la victoria que de la derrota.

Te recomiendo leer Santiago 1:12 al 18. ¡Encontrarás allí muchos tips para seguir adelante en tu vida cristiana! ¡Y para que esta sea una vida de triunfos!  

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.

Cómo enfrentar la depresión

Cómo enfrentar la depresión

Cómo enfrentar la depresión

Millones de personas sufren de esta enfermedad, y se calcula que para 2030 será la principal causa de muerte en el mundo. Te dejamos seis pasos prácticos para ayudar a alguien que está atravesando esta problemática.

Arrancamos mal

Al principio, cuando Dios creó nuestro mundo, todo era realmente perfecto y maravilloso. La Biblia dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Gen 1:31). Elena de White amplía este versículo describiendo la impresionante escena:na

“Cuando salió de las manos del Creador, la tierra era sumamente hermosa. La superficie presentaba un aspecto multiforme, con montañas, colinas y llanuras, entrelazadas con magníficos ríos y bellos lagos […]. Agraciados arbustos y delicadas flores saludaban la vista por dondequiera. Las alturas estaban coronadas con árboles aún más imponentes que los que existen ahora. El aire, limpio de impuros miasmas, era claro y saludable. El paisaje sobrepujaba en hermosura los adornados jardines del más suntuoso palacio de la actualidad. […] Una vez que la tierra con su abundante vida vegetal y animal fuera llamada a la existencia, se introdujo en el escenario al hombre, corona del Creador, para quien la hermosa tierra había sido aparejada” (Patriarcas y profetas, p. 24).

Nuestro Creador formó y colocó cada elemento con el objetivo de brindar la máxima felicidad a Adán y a Eva. Su preocupación fue la satisfacción plena de nuestros primeros padres, por lo que mientras ellos se mantuvieran fieles, gozarían de alegría y salud infinitas. Desdichadamente, el perfecto plan de Dios no duró mucho tiempo. Eva fue engañada por Satanás e indujo a su esposo a desobedecer a Dios. Al pecar, ambos desencadenaron una serie de eventos que solo trajeron ruina y sufrimiento para ellos mismos, para sus descendientes y para el planeta Tierra. 

Es realmente importante resaltar que, antes de la Caída, el ser humano tenía sus facultades físicas, mentales, sociales y espirituales en completo y perfecto equilibrio. Sostiene Elena de White: “Cuando el hombre salió de las manos de su Creador, era de elevada estatura y perfecta simetría. Su semblante llevaba el tinte rosado de la salud y brillaba con la luz y el regocijo de la vida” (ibíd., p. 26).

El pecado desequilibró el balance y quebró la armonía de todas las facultades humanas. La fortaleza física fue reemplazada por el cansancio, el dolor y, en última instancia, la muerte. La capacidad psíquica fue pervertida y reemplazada por el odio, la ansiedad, la depresión y la depravación. La interacción social pacífica y amable fue alterada, y empezó la discordia, el rechazo y las guerras. La capacidad espiritual fue resquebrajada, y en su lugar quedó un vacío tan profundo que no puede ser llenado por nada de lo que existe en este mundo. El ser humano había dejado a Dios de lado y estaba cosechando los resultados de su desobediencia. 

¿Qué queremos? ¡Ser felices!

Si hay algo que es cierto en la vida, es que todos buscamos ser felices. Desde edades tempranas tendemos a luchar por satisfacer nuestras necesidades, y no descansamos de ello a lo largo de la vida. Es interesante mencionar que los seres humanos siempre ansían algo que no tienen, y creen que al conseguirlo serán felices. Pero ¿qué es la felicidad, sino un efímero concepto abstracto y subjetivo que nadie logra definir correctamente? 

Por este motivo, el hombre más sabio del mundo, luego de analizar su propia vida, escribió: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad […]. Todas las cosas son fatigosas y nadie es capaz de explicarlas. El ojo no se harta de ver ni el oído se sacia de oír” (Ecl. 1:1, 8). Las personas creen que el tener dinero las hará felices, pero la gran mayoría de los que son adinerados no son felices. Otros creen que un mejor trabajo o una posición de liderazgo los hará felices; sin embargo, cuando logran alcanzar sus metas aparecen otros desafíos, y poco dura la sensación de felicidad.

“Por sí solo, el ser humano no puede encontrar fortaleza para vencer la ansiedad, el estrés y la depresión”. 

Podría mencionar varios ejemplos más, pero creo que ya se entiende el punto principal: la felicidad de este mundo es muy voluble y pasajera; un día se la alcanza, pero al día siguiente se disipa como la niebla que se esfuma al salir el sol.

Todo esto desencadena una vida de frustración. Vivir sin felicidad es vivir frustrado. Así, encontramos tres problemas mentales que dominan al ser humano globalmente y lo encadenan al sufrimiento: ansiedad, estrés y depresión. Estos tres males tienen sus raíces en la búsqueda equivocada de la felicidad. En psicología existen muchas maneras de definir estos tres problemas; pero aquí te presento una manera más simple de comprenderlos. 

En primer lugar, la ansiedad es una respuesta constante de preocupación por eventos que no han ocurrido o que se piensa que, al ocurrir, destruirán nuestra integridad y, por ende, causarán infelicidad. Por ejemplo: ansiedad por dar un examen, por conocer el futuro o por pensar en consecuencias aterradoras de acciones específicas. Por este motivo, y con justa razón, algunos consideran a la ansiedad “un exceso del futuro”. 

En segundo lugar, el estrés tiene que ver con la respuesta a las situaciones que se atraviesan en el presente. Actualmente, es común escuchar a las personas decir que están estresadas por todo tipo de cosas: el trabajo, los hijos, las deudas, etc. Si bien es cierto que no podemos escapar del estrés, podemos hacer mucho para limitar sus consecuencias negativas en la vida. Debido a esto, el estrés se considera “un exceso del presente”.

En tercer lugar, está la depresión, la cual está muy relacionada con la infelicidad. Las personas con depresión sienten una pérdida profunda, la cual les causa tristeza y angustia diariamente. Por este motivo se la considera “un exceso del pasado”. 

Por sí solo, el ser humano no puede encontrar fortaleza para vencer estos males. En terapia, para ayudar a las personas a sobreponerse a sus problemas, se intenta hacer que se aferren a los recursos que tengan a disposición. Normalmente, estos recursos son sociales (familia, amigos, vecinos, comunidad), educativos (cursos, seminarios, entrenamientos), económicos (viajes, compras, vacaciones en lugares exóticos), biológicos/orgánicos (ejercicio, alimentación sana, medicinas), y hasta pseudoespirituales no recomendados (yoga, meditación, acupuntura). 

Sin embargo, todos estos recursos muchas veces no brindan los resultados deseados y las emociones negativas vuelven con más fuerza, dejando al ser humano con mayor vulnerabilidad, infelicidad y sufrimiento. Parece que la humanidad, al haber abandonado a Dios, ha intentado llenar su vacío existencial de formas que solo le han brindado más desgracia, sufrimiento y miseria.

“Recuerda que la vida espiritual es esencial para que superes esta etapa difícil de tu vida de la manera más rápida. Aprende a orar y a leer la Biblia”. 

Una estrategia para ayudar

La depresión y el suicidio están íntimamente relacionados. Por este motivo este es un tema delicado, que requiere una intervención directa y certera para ayudar a la persona que lo padece. Veamos:

Estar alertas

Hay que estar siempre vigilantes a los cambios repentinos de estado de ánimo de nuestros seres queridos. No te contentes con solo pensar que “ya se le pasará”. Si alguien atraviesa alguna situación traumática y ocurre un cambio en su conducta, hay que acompañar y dar apoyo emocional y espiritual.

 Dialogar

Una de las primeras cosas que debemos hacer es conversar con la persona y mencionarle los cambios que hemos notado. Intenta obtener información del porqué de sus conductas sin ser rudo o brusco. Deja que la persona te exprese sus emociones y temores, y sé comprensivo. No emitas juicios o percepciones propias, ni recrimines los motivos que presenta; si haces esto, puedes herir a la persona en depresión y hacer que se cierre emocionalmente a recibir cualquier tipo de ayuda. Escucha atentamente y se empático con los motivos brindados.

Explicar cómo son las cosas

Recuerda que las personas que están atravesando por depresión, en su gran mayoría, no se encuentran conscientes de ello. Por esto, debes explicarle que la depresión es una enfermedad mental que tiene cura y que, con la ayuda de Dios, de la familia y de los profesionales en salud mental, es posible salir de ella. 

Leer la Biblia junto a esa persona

Busca las historias de personajes bíblicos que lograron sobreponerse a la tristeza y/o la depresión; por ejemplo: David, Elías, Jonás, Noemí, Job y Jeremías. Lee varios salmos, como el 6, el 23, el 27, el 43, el 46 y el 56. Lee el capítulo 52 del libro Mente, carácter y personalidad, tomo 2 (de Elena de White), que habla sobre la depresión. Allí hay muchos consejos prácticos para ayudar a las personas.

Orar

La oración es una estrategia poderosa para sobrellevar la depresión. Ora con la persona y ora por la persona. Arma un grupo de oración intercesora con amigos y familiares cercanos. No hay límites para el poder de Dios.

No bajar los brazos

Nunca dejes de intervenir, aunque no puedas hacerlo por ti mismo. Recuerda que muchos países tienen una línea telefónica exclusiva para atender casos de depresión y de suicidio. Infórmate sobre los recursos y las instituciones que pueden ayudarte a ayudar.

Lo mejor que podemos hacer es intervenir en los momentos iniciales del problema; por eso debemos estar siempre prestando atención a nuestros seres queridos. En el caso de que los familiares o los amigos se enteren de la enfermedad por algún acto penoso de intento suicida, recuerda que mientras la persona tenga vida, existe esperanza de recuperación. Nunca es tarde para, literalmente hablando, salvar una vida.

“Recuerda que la vida espiritual es esencial para que superes esta etapa difícil de tu vida de la manera más rápida. Aprende a orar y a leer la Biblia”. 

Terminamos bien

Tal vez escribí todo este artículo para alguien que está en depresión y está leyendo esto como una de sus últimas opciones. Quiero decirte algo importante. Comencé este artículo diciendo que Dios creó un mundo perfecto para que el ser humano sea completamente feliz. ¡Esto es totalmente cierto! Aunque el pecado y sus consecuencias hayan malogrado el plan original de Dios, Jesús aún puede llenar el vacío en tu corazón y convertir tu tristeza en felicidad. 

Es momento de entender que el sufrimiento y la tristeza son realidades comunes para el ser humano; no podemos escapar de ellas. Sin embargo, Jesús nos ha prometido un mundo nuevo, donde “secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más” (Apoc. 21:4, NTV). Mientras estemos en este mundo, estaremos expuestos al dolor y las pruebas, que nos herirán y harán sufrir; pero recuerda que cuando aceptas a Jesús te conviertes en un miembro de su familia. Y ten la seguridad de que un día llegarás a ser ciudadano del Cielo. 

El apóstol Pablo dijo: “También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación” (Rom 5:3, 4). Las pruebas y los problemas no desaparecen milagrosamente para los hijos de Dios; la diferencia está en la forma en que enfrentan las dificultades. 

Un cristiano puede pasar por una decepción amorosa, problemas económicos, enfermedades, tragedias y demás situaciones horribles, y definitivamente sufrirá por ello. Sin embargo, cuando Jesús mora en el corazón humano y este hace de la Biblia su escudo diario, el cristiano enfrenta la batalla con la cabeza en alto, y con un pensamiento firme en la mente: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). Esta promesa de fortaleza ha motivado a los cristianos por milenios, y es tan actual que aún te habla a ti. Recuerda que “Dios desea que […] seamos fuertes en el Señor y en su fuerza… Dios vive y reina, y él nos proporcionará toda la ayuda que necesitemos. En todo tiempo tenemos el privilegio de recibir poder y ánimo de esta bendita promesa: ‘Bástate mi gracia’ ” (Elena de White, El evangelismo, p. 101).

Jesús quiere ayudarte, pero debes tomar una decisión. Toma fuerzas, levántate y busca ayuda. Llama a un familiar o amigo que se preocupa por ti. Cuéntale lo que sientes y ábrele tu corazón. No tiene nada de malo ser honesto con tus sentimientos y emociones. Y, aunque te sientas frágil y vulnerable, recuerda que si no pides auxilio será muy difícil que las personas a tu alrededor adivinen lo que está pasando por tu mente y te ayuden.

Millones de personas han enfrentado la depresión en el mundo y millones se han recuperado. ¡Esta enfermedad tiene cura! Puedes encontrar la salida. Siempre hay una salida. Aunque no lo puedas ver ahora y consideres que todo está perdido, ¡siempre hay una salida! La fortaleza vendrá de lo Alto, pero debes hacer tu parte para recuperarte también. Si te indican medicación, tómala: te ayudarán a sentirte mejor. Es necesario que salgas a caminar bajo la luz del sol y que comas alimentos saludables. Cambiar de ambiente también es bueno; si un lugar en especial te causa malos recuerdos, si está dentro de tus posibilidades, es mejor que lo evites o lo cambies. Con el tiempo lograrás enfrentar nuevamente lugares, situaciones o personas que te han causado mucho sufrimiento y dolor.

Recuerda que la vida espiritual es esencial para que superes esta etapa difícil de tu vida de la manera más rápida. Aprende a orar y a leer la Biblia. Si no tienes una Biblia, pídele una a un amigo o un creyente. En las Sagradas Escrituras descubrirás maravillosas promesas que te animarán y te harán conocer a tu amoroso amigo Jesús. Por otro lado, a través de la oración podrás liberar tus pensamientos tristes y enviar todas las cargas emocionales a Jesús: “Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar” (Mat. 11:2). Solo Jesús puede darte descanso, esperanza y sanidad.

Es mi deseo y oración que te recuperes, y puedas ser un testimonio vivo del poder transformador de Jesús. Y que luego, cuando estés recuperado, seas de aliento a otras personas que andan por aquel camino difícil, que ya recorriste y que por la gracia de Dios fuiste capaz de vencer. 

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.

Escrito por Francesco Marquina, psicólogo y pastor. Nació en Perú y trabaja como coordinador del Servicio Voluntario Adventista en el estado de Bahía, Brasil.  @francesco.marquina

Ideas para trabajar Conexión 4T 2022

Ideas para trabajar Conexión 4T 2022

La revista es una buena alternativa que los docentes pueden utilizar para trabajar en clases con sus alumnos. De cada edición impresa se pueden extraer lecciones que impactarán la vida de los adolescentes y jóvenes. Compartimos ideas y proyectos para trabajar con la revista impresa del cuarto trimestre de 2022.