¿Por qué esperar hasta el matrimonio?

¿Por qué esperar hasta el matrimonio?

¿Por qué esperar hasta el matrimonio?

¡Nueva sección! Desde aquí hablaremos de algunas cosas que solemos no hablar: la sexualidad desde la perspectiva cristiana

Todo lo que Dios hace tiene un propósito. La sexualidad ha sido creación suya; es buena, agradable, y santa (es decir, apartada para uso sagrado). Todo lo que la Biblia dice tiene un propósito: “Lo que Dios quiere es que ustedes lleven una vida santa, que nadie cometa inmoralidades sexuales” (1 Tes. 4:3, DHH).

La sexualidad fue un regalo para nuestros primeros padres a fin de que tuvieran la unión más íntima entre un hombre y una mujer. Así, en el principio de nuestro mundo, se instauró el matrimonio; el nivel más profundo de conexión entre ambas personas sería el encuentro sexual, que serviría para representar simbólicamente la unión entre Cristo y su iglesia, a la cual llama esposa (Apoc. 19:7, 8; Efe. 5:25-27).

Con la entrada del pecado, el enemigo de Dios se propuso destruir la institución matrimonial santificada por Dios. Al manchar la sexualidad corrompería el carácter de los hijos de Dios, mancharía el antitipo de la unión entre Cristo y su iglesia y arruinaría la santificación que le permite a Dios hacer maravillas con sus hijos (Jos. 3:5).

Más allá de las relaciones sexuales

En los textos bíblicos se utiliza la palabra “fornicar” o “cometer adulterio” para indicar una práctica sexual errada. Esto no se limita exclusivamente a la consumación del coito en el nivel físico, sino a cualquier práctica que afecte la pureza sexual. Se puede cometer adulterio con el pensamiento (Mat. 5:27, 28).

Dios no demanda de nosotros obediencia irracional, no desea que hagamos lo correcto por miedo a un castigo. Al contrario, ha provisto principios en su Palabra para que hagamos lo bueno por amor, porque confiamos en que sus “No lo hagas” son el consejo más sabio de parte de un Padre que nos ama más de lo que podemos imaginar.

Como nuestro Dios nos ha dado una mente para razonar, quiero exponerte algunas razones que fundamentan por qué las relaciones sexuales son mejores dentro del matrimonio:

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Lejos de mejorar la conexión, la sexualidad premarital la debilita. Cuanto mayor sea la satisfacción placentera, mayor será la culpa. Esa culpa muda en un autorreproche que se proyecta a la pareja en reproche. Las relaciones sexuales premaritales aumentan la desconfianza y los celos y generan un desgaste emocional que empeora el vínculo con cada acercamiento sexual.

¿Virgen o puro?

Volviendo al versículo de 1 Tesalonicenses 4:3, la voluntad de Dios es que seamos puros y no cometamos fornicación. Pero, me dirás: “Yo ya tuve relaciones sexuales y aún no me casé”. Si esa es tu situación, quiero decirte que la pureza no es el estado de quien no tuvo relaciones sexuales. Es el estado de quien, sin importar su vida pasada, un día encontró a Cristo, abandonó todo por amor a él y fue transformado interiormente para reflejarlo exteriormente.

La pureza empieza en la mente y nos hace incapaces de participar de cualquier acto inmoral. La persona pura depende de Jesús, no quiere desagradarlo y desea cuidar su templo, absteniéndose de lo que manche su pensamiento y degrade su conducta.

Una persona virgen (en el sentido de que no tuvo relaciones sexuales) no necesariamente es pura, ya que, aunque no participe del coito, puede ser inmoral. De igual forma, una persona pura no necesariamente es virgen. Puede haber cedido a la tentación sexual, pero abandonó ese mal camino del pasado para vivir agradando a su Padre celestial.

Si no eres virgen, ponte a cuentas con Dios. A pesar de haber desobedecido en el pasado puedes serle fiel en el presente. Si no eres puro, puedes serlo en Cristo. Confiésate en su presencia. Habla con tu Abogado, Cristo, y confía en que tus pecados serán emblanquecidos. Hoy es el momento de ser una nueva criatura por medio de Cristo.

Que las palabras de Efesios 4:22-24 (DHH) nos acompañen siempre: “Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos. Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar, y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad”.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2021.

Escrito por Vicky Fleck, estudiante de Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba y miembro de la Iglesia Adventista de Córdoba Centro, Argentina.

El efecto Dunning-Kruger

El efecto Dunning-Kruger

El efecto Dunning-Kruger

Los problemas de la superioridad ilusoria: cuando el jugo de limón no nos hace invisibles.

El 19 de abril de 1995, McArthur Wheeler asaltó dos bancos, en Pittsburgh, Estados Unidos. McArthur, un hombre de un metro setenta y más de ciento veinte kilos, robó los bancos a mano armada, a plena luz del día y sin usar ninguna máscara o disfraz para proteger su identidad. Las cámaras de seguridad lo capturaron apuntándoles a las cajeras. La policía compartió las imágenes con el noticiero local, y en cuestión de minutos recibieron suficiente información para apresar a McArthur.

Cuando la policía golpeó a su puerta, McArthur no podía creer que lo hubieran encontrado. “¡Pero me puse jugo de limón!”, les dijo a los oficiales de la policía. McArthur había leído en algún lado que el jugo de limón se usa como tinta invisible. Él pensó que, si se untaba la cara con jugo de limón, esto lo volvería invisible a las cámaras de seguridad. Antes de robar los dos bancos, McArthur verificó su teoría untándose la cara con jugo de limón y tomándose una foto con su cámara polaroid.

Coincidentemente, la foto salió oscura, y él creyó que había encontrado una forma práctica y eficaz de robar bancos sin ser reconocido.

McArthur fue llevado a prisión. Sin embargo, su historia motivó a David Dunning, un profesor de Psicología de la Universidad de Cornell, a investigar lo sucedido. David realizó una serie de experimentos junto con Justin Kruger. Ellos hicieron que un grupo de estudiantes de la Universidad tomaran exámenes de lógica, gramática y humor. Dunning y Kruger descubrieron que los estudiantes que peores resultados tenían en los exámenes eran justamente los que pensaban que habían rendido mejor. A este sesgo cognitivo lo llamaron el “efecto Dunning-Kruger”. Irónicamente, son justamente las personas más incompetentes las que tienden a considerarse más inteligentes y preparadas.

Estoy convencida de que todos tenemos la cara pintada con limón en alguna que otra área de nuestra vida, pero en ninguna tanto como cuando se trata de entender los caminos y los tiempos de Dios. La Biblia dice: “Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos” (Isa. 55:9, NTV). La perspectiva de Dios es infinitamente más grande y más alta que la nuestra. Dios ve el pasado, el presente y el futuro de un solo vistazo. Su inteligencia y su poder son ilimitados. Cuando nos sentimos tentados a soltarnos de la mano de Dios, sospechando que él no sabe lo que hace, o que no nos ama, estamos actuando como McArthur Wheeler.

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Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2021.

Escrito por  Vanesa Pizzuto, Lic. en Comunicación y escritora. Es argentina pero vive y trabaja en Londres.

La fábrica de minutos

La fábrica de minutos

La fábrica de minutos

Un nuevo año es una brillante oportunidad para aprender a usar mejor lo más valioso que tienes: tu tiempo.

En la mayoría de los casos, nuestras nobles resoluciones de inicios de año quedan en la nada. Que este 2021 sea diferente. ¿Qué hacer para que eso no ocurra?

Checklist para administrar mejor el tiempo

  • Establece objetivos claros, tanto para el día, como para la semana y el mes. Sueña, pero sé realista.
  • Crea tu rutina. Establece horarios. Nuestra mente y cuerpo trabajan de manera más efectiva si somos regulares.
  • Evita distracciones. Tu programa favorito, tu mascota, los mensajes de texto, las redes sociales… todo desenfoca. Si no logras concentrarte en una tarea y estás cada 5 minutos mirando tu celular, hay una aplicación que puede ayudarte. Se trata de “Pomodoro”, un método de productividad que consiste en dividir el trabajo en períodos de 25 minutos, sin interrupciones, con descansos de 5 minutos entre ellos. Gracias a este sistema es posible bloquear temporalmente equis redes sociales o páginas web que suelen distraernos.

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Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2021.

Juego de espejos

Juego de espejos

Juego de espejos

La formación de tu autoestima es un laberinto. Descubre cómo encontrar la salida.

Cómo y cuánto te aprecias a ti mismo es la forma más sencilla y rápida de definir si tienes o no una buena autoestima. Sin embargo, claro está que el concepto de autoestima puede ampliarse para incluir la evaluación personal de la satisfacción con la propia forma de pensar y afrontar situaciones cotidianas. Más allá de esto, la autoestima será siempre un fenómeno afectivo que interferirá directamente en tu salud, tu bienestar y tu calidad de vida.

Las personas con una autoestima saludable son más seguras y eficientes porque creen y sienten que tienen un gran valor personal. Seguro que conoces a gente así. Pero, si te detienes a pensar un poco, también recordarás quienes entre tus amigos son todo lo contrario: se trata de personas que piensan que no valen nada y que nada les funciona; se sienten disminuidas y poco interesantes. Es muy triste vivir percibiéndote así.

Ahora, piensa un poco en ti mismo. Quizás estés enfrentando actualmente un problema de baja autoestima. En la adolescencia es muy común afrontar este desafío. Pero ¿por qué ocurre esto y cómo cambiar esta condición?

Todo comienza en casa…

Para empezar a comprender tu autoestima veamos cómo se formó. Su configuración tiene una relación directa con la historia de tu vida. Cuando nace un niño, sus necesidades se satisfacen sin que sepa que esa satisfacción es promovida por otra persona. Con el paso del tiempo el niño comprende, poco a poco, el mundo exterior y la existencia del otro. Por lo tanto, las relaciones familiares y las personas que inicialmente cuidan y educan a un niño son muy importantes para desarrollar la autoestima. A través de las primeras relaciones formamos la visión que tenemos de nosotros mismos y alimentamos sentimientos de aceptación o rechazo.

Por ejemplo, cuando se critica constantemente a un niño, nunca creerá en sí mismo. Difícilmente se arriesgará a hacer cosas nuevas. Probablemente se vuelva inseguro. Aunque también puede reaccionar de otra manera. ¿Cómo? Mostrando rebeldía, falta de disciplina y falta de respeto. En ambos casos, acarreará ansiedad en busca de aceptación por parte de las figuras familiares que deben educarlo.

En el polo opuesto está el otro error: el de la sobreprotección. Si los padres no permiten que el niño juegue con amigos, realice tareas posibles para su edad y ejerza cierta autonomía diaria, le envían el siguiente mensaje: “Sin nosotros no vas a poder manejar tu vida. Siempre haremos todo por ti”. ¿Cuál será el posible resultado de esto para el niño? Inseguridad, escasa valoración y baja autoestima.

…y continúa en la sociedad

En el libro Laberinto de espejos (2004), las autoras Simone de Assis y Joviana Avanci analizan cómo se forma la autoestima a través de un triple lente: nuestra propia mirada, la mirada de los demás y las experiencias vividas. En la familia y en la escuela, por ejemplo, la falta de afecto y el desequilibrio en las relaciones pueden comprometer el bienestar y la salud mental de los niños y los adolescentes. Y, cuando ocurre la violencia, la resiliencia se vuelve más importante para desarrollar la autoestima. Tener resiliencia significa superar la adversidad para transformar momentos difíciles en oportunidades de desarrollo.

De este modo, aquellos que son más humillados, amenazados y atacados tienden a tener una autoestima comprometida. Los sentimientos de inferioridad provocados en este contexto predisponen a enfermedades emocionales (como depresión, ansiedad y trastornos alimentarios) y conductas de riesgo. Muchos adolescentes experimentan un vacío emocional tan grande que incluso practican la autolesión, el abuso de sustancias y el sexo irresponsable. Otros se unen a grupos que parecen ofrecer la aceptación. Todos estos son parches, soluciones vanas. Nada de esto llenará ese vacío.

Desde luego, también hay contribuciones sociales y culturales que operan en la construcción de este fenómeno. Es cierto que, con la madurez, el proceso se individualiza. Aunque cada uno acaba definiendo sus valores, por lo general busca relacionarse con personas afines, que tengan creencias y un estilo de vida similar al suyo. En esta fase, es habitual elegir también a personas como modelo de comportamiento con las que puedan identificarse durante más tiempo. Esto es algo bueno. Pero si en algún momento la valoración de estos referentes difiere de la tuya (hasta el punto de hacerte sentir rechazado) se puede abrir una gran herida emocional.

Cuando el padre, la madre, el maestro o una figura importante etiqueta al adolescente como “tonto”, “vago”, “desordenado” o “torpe” (y la lista de adjetivos podría continuar), este comienza a creer que nada bueno y redituable proviene de él. Este juicio contribuye a reducir la autoestima durante muchos años.

Cuando tus amigos marcan la diferencia

El día que ella llegó a mi consultorio por primera vez no dijo casi nada. Vamos a llamarla “Roberta”. Al ingresar, y durante toda la conversación, Roberta no mantuvo contacto visual conmigo y era difícil escuchar su voz suave. Ella tenía casi treinta años en ese momento. Nunca había tenido novio, no estaba contenta con su apariencia física y no tenía grandes aspiraciones en la vida.

Los padres de Roberta se habían separado cuando aún era pequeña. Su madre trabajó duro para mantener a la familia y la niña fue criada por su abuela. Pero, tanto la madre como la abuela vieron solo defectos en Roberta. Todos los días la criticaban y castigaban severamente. Temerosa de exponerse, desarrolló una reacción de escape y distancia. Después de todo, si las personas que debían amarla y valorarla no lo hicieron, ¿cómo sería tratada por los extraños?

A Roberta le costó encontrar algo bueno en sí misma. Fue un viaje duro. Dos amigos jugaron un papel muy importante en el proceso. También estuvo la ayuda terapéutica, desde luego. Con dificultad, ella luchó con su propia autonomía. Así, completó su educación superior, consiguió un trabajo, compró un auto, comenzó a viajar y a vivir más segura y feliz. La historia de Roberta es un ejemplo de superación, pero experimentó mucho dolor emocional antes de comenzar a disfrutar la vida.

Ten en claro algo: Tus amigos pueden marcar una gran diferencia en la construcción de una autoestima saludable, especialmente en la adolescencia. Este es un período de cambios físicos, cognitivos y emocionales que afectarán la formación de tu identidad. En esta etapa, también es importante la autoevaluación ante el grupo social. Por lo tanto, cuando ocurre el acoso, por ejemplo, es muy difícil que un joven salga ileso, ya que las palabras y las actitudes hostiles romperán su autoconcepto. Este autoconcepto tiene una relación directa con la autoestima. Mientras que el primero apunta a cómo la persona se percibe a sí misma, el segundo trae la convicción de que es competente e importante para los demás. De esta forma, la salud emocional se trata de saber quién eres, aceptar quién eres y agradarte.

Una autoestima cambiante

Tienes que saber algo: la autoestima no es estática. Fluctúa a medida que experimentamos experiencias sociales, emocionales e, incluso, fisiológicas. Por eso, hay momentos (sobre todo cuando te comparas con un amigo, sacas una nota baja, te peleas con tus padres, estás enfermo o tienes un rechazo amoroso) en los que te sientes una auténtica basura.

Los investigadores Jonathon Brown (Universidad de Washington) y Margaret Marshall (Seattle Pacific University), en el libro Autoestima: Problemas y respuestas (2006), argumentan que la autoestima se puede percibir de tres formas diferentes:

1. En forma global. Indica la forma general en que la persona percibe su propio valor, siendo más favorable cuando el individuo está mejor relacionado socialmente.

2. Como sentimiento. Se trata de reacciones de autoevaluación emocionales que pueden ser positivas o negativas, según el grado de autosatisfacción.

3. Como evaluación. Se refiere a la valoración de las propias cualidades y competencias.

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Cuida de ti mismo

Una autoestima equilibrada te brindará mejores herramientas para sentirte más optimista sobre el futuro, para lograr establecer metas y tener un compromiso decidido de llevarlas a cabo. La sana autoestima te permitirá ser más empático, tendrás menos fluctuaciones emocionales, y te sentirás apreciado y aceptado por tu círculo de convivencia.

Por otra parte, las personas con baja autoestima no tienen confianza en sí mismas y se sienten paralizadas por el miedo al fracaso. Por sentirse inferiores, estos jóvenes evitan las actividades grupales o pueden querer llamar la atención viviendo de manera irresponsable, indisciplinada y rebelde. Aun así, tienden a culpar a los demás por la forma en que ven y actúan.

Asumir la responsabilidad de lo que nos sucede es una decisión muy importante. Todos tienen fortalezas que se pueden destacar. Tú también las tienes. No te menosprecies. Vales mucho. Cuidar la autoestima es un signo de autorrespeto, porque solo aquellos que se valoran a sí mismos son valorados por los demás.

Hay una realidad indiscutible: no posees la máquina del tiempo para volver atrás. Es imposible cambiar tu pasado y no depende de ti. Pero hay algo que sí puedes hacer: construir un futuro diferente. La buena noticia es que tu porvenir está en tus manos. Si tus padres no te brindaron el apoyo necesario para elevar tu autoestima, eso no significa que tendrás que vivir con la cabeza agachada toda la vida.

A continuación, indico diez actitudes saludables para caminar hacia una autoestima equilibrada.

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En resumen, eres responsable de elegir el rumbo que tomarás en tu vida. Viktor Frankl, un psiquiatra austríaco que sobrevivió a los campos de concentración nazis, lo resumió así en su best seller El hombre en busca del sentido: “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias– para decidir su propio camino”.
¡Éxitos en esta caminata!

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2021.

Escrito por Talita Castelão, psicóloga clínica, sexóloga y doctora en Ciencias de la Universidad de San Pablo, Brasil.

Lo que pudo haber sido

Lo que pudo haber sido

Lo que pudo haber sido

“El fracaso es solo la oportunidad de comenzar de nuevo de forma más inteligente (Henry Ford)

Para mí, Diego Maradona fue el mejor futbolista de todos los tiempos. Con una gambeta inigualable y con una mirada atenta, siempre estaba “una jugada adelante” del resto. Dotado de un talento deportivo excepcional, fue campeón del mundo con la Selección Argentina juvenil y con la mayor. Ganó muchos títulos, innumerables reconocimientos y convirtió el mejor gol en la historia de los mundiales.

Hoy es fácil ser famoso. Un clic te vuelve viral desde Alaska hasta Papúa Nueva Guinea. Pero él fue mundialmente conocido en una época en donde el mundo no era global.

Pese a todo, Maradona cayó en el infierno de las drogas. Envuelto en una vida de licencias, la noche y las sustancias prohibidas terminaron con su carrera deportiva. Un día, le preguntaron a un famoso periodista qué le criticaría a Maradona. Él dijo: “Me entristece lo que pudo haber sido y no fue”.

Cuando pienso en “lo que pudo haber sido”, también pienso en Esaú, en Sansón, en Judas, en el joven rico, en el rey Agripa y en tantos otros talentosos personajes bíblicos que, teniendo grandes capacidades y oportunidades, las desecharon, no tuvieron un final feliz.

Cuando pienso en 2020, reflexiono en “lo que pudo haber sido y no fue”. Pudieron celebrarse los Juegos Olímpicos y el Congreso de la Asociación General. Pero, no. Un meme popular muestra un almanaque 2020 solo de enero a marzo, y luego… ¡pandemia!

Sí, 2020 fue un año de cuarentena, enfermedad y muerte. Fue un año de barbijos permanentes, de encierros prolongados, de planes frustrados y de sueños rotos. Ahora, lo trascendente para tu vida no es lo que sucedió, sino lo que vendrá. No podemos cambiar el pasado, pero hoy tenemos la oportunidad de escribir un nuevo y exitoso presente, tomados de la mano de Dios.

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En este nuevo año, deja atrás el “lo que pudo haber sido” y enfócate en el bien que Dios quiere hacer en tu vida y a través de tu vida.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2021.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.