¡Hablemos sobre el increíble mundo de la inteligencia artificial y el ChatGPT!
Por Sócrates Quispe-Condori, Director Asociado del Departamento de Educación,
Asociación General, Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Texto adaptado por el ChatGPT el 20 de julio de 2023 para un “lenguaje más juvenil”.
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En el pasado, la tecnología era sencilla y la comunicación limitada, pero hoy estamos en un emocionante viaje hacia la Sociedad 5.0, donde la tecnología se integra en todos los aspectos de nuestra vida para resolver problemas sociales y mejorar nuestro bienestar.
En este emocionante escenario, tenemos al asombroso ChatGPT, una creación de OpenAI. Es una herramienta de inteligencia artificial generativa que puede generar datos e información nueva y original, como imágenes, música y texto, ¡increíble, ¿verdad?
¿Qué es lo que hace tan especial al ChatGPT? Utiliza una arquitectura llamada GPT, que le permite aprender patrones y contextos de grandes cantidades de datos. ¿Y sabes qué? ¡Es súper popular! Consiguió más de un millón de usuarios en solo cinco días, más rápido que Instagram o Spotify en sus inicios.
Este ingenioso ChatGPT tiene muchas aplicaciones interesantes. Puede responder preguntas, ayudarte con tus tareas de redacción y traducción, y hasta asistirte en la programación, ¡es una maravilla!
Claro, como todo en la vida, también tiene algunas preocupaciones. Se teme que la gente pueda depender demasiado de él y olvidar desarrollar habilidades de búsqueda y pensamiento crítico. Además, algunos temen que pueda fomentar la deshonestidad y el plagio en el ámbito educativo.
Así que, como con cualquier tecnología, es importante usar el ChatGPT de manera inteligente y responsable. Nosotros, los adolescentes, tenemos el poder de aprovechar esta herramienta para aprender y crear, pero siempre manteniendo nuestra integridad y ética.
Recuerda, ¡somos libres de elegir cómo usar la tecnología para el bien de todos y para honrar a Dios en todo lo que hacemos! Al fin y al cabo, ¡la inteligencia artificial es solo una herramienta, nosotros tenemos el control!
Espero que esta información te haya sido útil. ¡Hasta pronto!
¿Listos para sumergirnos en un mundo lleno de inteligencia artificial y conocer al increíble ChatGPT?
Por Sócrates Quispe-Condori, director asociado del Departamento de Educación,
Asociación General, Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Texto adaptado por el ChatGPT el 20 de julio de 2023 para un “lenguaje más entretenido”.
Imagina que estás en una montaña rusa tecnológica que nos lleva a través de diferentes etapas de desarrollo de la sociedad. ¡Buckle up!
En la Sociedad 1.0, todo era sencillo y lento, con herramientas básicas y comunicación oral y gestual. ¡Ni rastro de Instagram o Spotify por aquí!
Luego, ¡BOOM! Llegamos a la Sociedad 2.0, donde las tecnologías digitales revolucionaron nuestras vidas. Internet y redes sociales nos conectaron a lo grande, y teníamos información al alcance de la mano.
¡Pero esperen, hay más! En la Sociedad 3.0, las cosas se pusieron más serias con las Tecnologías de la Información y Comunicación. Internet de las cosas, smartphones, y mucho más, todo con un toque de magia tecnológica.
Y por supuesto, ¡no podíamos quedarnos atrás! La Sociedad 4.0 es la onda: digitalización y tecnologías chéveres como la inteligencia artificial, la realidad virtual, y la robótica. ¡La interconexión global nos tiene alucinados!
Ahora, ¡toca subirse al tren de la Sociedad 5.0! Aquí, la tecnología está por todos lados, pero no para hacernos la vida más difícil, ¡sino para resolver problemas y mejorar nuestra calidad de vida! Y es aquí donde conocemos al protagonista de nuestro viaje: ¡el impresionante ChatGPT!
Este pequeñín es una verdadera joya de la inteligencia artificial generativa. Puede crear datos e información nueva y original, ¡sin necesitar nuestra ayuda! Es como un genio que interpreta preguntas, analiza datos y responde como un pro.
Desde responder preguntas hasta ayudarnos a redactar y traducir, el ChatGPT es un todoterreno en el mundo de la IA.
¿Y cómo lo hace? Pues, en su base, el ChatGPT usa una arquitectura llamada GPT. Generativo (porque crea contenido nuevo), Preentrenado (porque ha aprendido un montón de cosas de muchísimos datos) y Transformador (que usa un súper cerebro de redes neuronales para procesar lenguaje).
La historia de este héroe comenzó en 2018 con su predecesor, el GPT. Luego, llegaron las versiones GPT-1, GPT-2, y GPT-3 que revolucionaron la inteligencia artificial generativa, ¡una tras otra!
¡Y aquí viene lo más emocionante! En noviembre de 2022, ¡el ChatGPT se lanzó oficialmente y arrasó con todo! ¡Un millón de usuarios en solo cinco días, sí señor!
Imagínate, ¡más rápido que Instagram y Spotify en sus inicios! Y en un abrir y cerrar de ojos, ¡llegó a los 100 millones de usuarios activos en solo dos meses!
¿Qué nos queda por descubrir en este viaje tecnológico? ¡Muchísimo! El ChatGPT se usa en muchos campos, como atención al cliente, creación de contenidos, y hasta en el desarrollo de productos y servicios. Es como un ayudante de lujo en nuestro día a día.
Pero ojo, ¡no todo es color de rosa! También tenemos algunas preocupaciones. Podríamos caer en la tentación de depender demasiado de él y dejar de desarrollar nuestras habilidades de búsqueda e investigación.
Además, está el tema ético. El riesgo de deshonestidad y plagio está presente, ¡así que hay que mantenernos en el camino correcto!
No olvidemos que el ChatGPT es como un experto en la materia, pero no conoce nuestra cosmovisión, nuestra filosofía y nuestros pensamientos más íntimos.
Así que, aunque es una máquina poderosa, no puede reemplazar lo que nos hace humanos: nuestra forma única de ver el mundo.
En resumen, el ChatGPT es una herramienta alucinante para obtener información rápida y mejorar nuestros contenidos. Pero, como con cualquier poderoso artefacto, ¡debemos usarlo con inteligencia y sabiduría!
Recuerda siempre someterlo todo a prueba, aferrándote a lo bueno y evitando todo lo malo, ¡como nos dice Pablo! Así que diviértete con la IA, pero siempre recordando que todo lo que hagamos es para la gloria de Dios.
¡Hasta la próxima aventura tecnológica, amigos! ¡Chao!
“La educación es nuestro pasaporte hacia el futuro, pues el mañana pertenece a los que se preparan hoy” (Malcolm X).
Las últimas palabras de la vida de una persona pueden decir mucho sobre esa persona y su vida. El médico alemán Hans Halter publicó un curioso libro que reúne las últimas palabras expresadas en el lecho de muerte por más de 150 personalidades conocidas.
Halter, quien trabaja en un hospital, acompañó a muchos pacientes en sus últimos minutos de vida y asegura que mucha gente es capaz de resumir toda su existencia en su frase de despedida de este mundo. “Muero como viví, por encima de mis posibilidades”, expresó (Oscar Wilde). “Ya cumplí con mi misión aquí”, dijo Albert Einstein. “Es todo tan aburrido”, dicen que manifestó Winston Churchil.
Los pioneros de nuestra iglesia también se expresaron antes de morir. Así, Guillermo Miller dijo: “¡Oh cuanto anhelo estar en el cielo!”. Y Elena de White declaró: “Yo sé en quien he creído”.
En la Biblia también se registran en muchas oportunidades las últimas palabras de alguien. Así, encontramos las últimas y emotivas palabras de David en 2 Samuel 23:1, las últimas y firmes palabras de Josué en el cap. 24 de su libro y las últimas y teológicas palabras de Pablo en 2 Tim. 4. Léelas ni bien puedas, ¡son muy interesantes!
Y hablando de últimas palabras, estas son también mis últimas palabras como director de esta hermosa revista. Durante 11 años tuve el privilegio de dirigir esta publicación con mucha alegría. Obviamente, no estuve solo.El trabajo editorial siempre es en equipo. Mi inmensa gratitud a todos los autores, columnistas y correctores que trabajaron en la revista. Y hago una mención especial a todos los diseñadores que me acompañaron en estos años ya que fueron ellos quienes ayudaron a comunicar visualmente el valioso contenido de Conexión 2.0.
A partir de 2023, esta revista dependerá íntegramente de la gerencia de Educación de la ACES. Un equipo integrado por el staff pedagógico renovará esta publicación y traerá muchas novedades para ti. Todos los cambios son positivos y este, sin duda, lo es.
Y ahora, al despedirme, lo hago con las últimas palabras de la Biblia, ya que ellas son mi mayor anhelo. Las dijo Jesús en Apocalipsis 22:20 (DHH): “Sí, vengo pronto”. Esta promesa es nuestro aliento en medio de las pruebas y nuestra esperanza más gloriosa.
Recuérdala siempre.
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.
Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.
Si Dios existe, ¿por qué no responde a mi oración?
Un gran dilema que muchos nos hacemos en momentos de crisis.
¿Existe Dios?
Esta, tal vez, sea la pregunta más intrigante y más importante de todos los tiempos. De acuerdo con la Biblia (1 Rey. 8:27; Sal 139:17, 18; 1 Tim. 6:16), Dios traspasa todos los límites de nuestra comprensión humana. Él es demasiado inmenso para ser comprendido por un método científico y nos es imposible aportar “pruebas” (como la ciencia humana demanda) sobre la existencia de Dios. Desde luego, tenemos evidencias sobre esto y fuertes indicios de su obra e intervención a lo largo de la historia de este planeta.
“Nada surge de la nada”, dice un proverbio popular. De acuerdo con la ley física de “causa y efecto”, todo tiene una causa original. En este sentido, el gran Albert Einstein mostró, mediante su “Teoría de la Relatividad”, que el universo tuvo un comienzo. La pregunta es: ¿Qué había antes de que el universo existiera? Esta pregunta tiene respuesta en la existencia de Dios, un Ser eterno, sin comienzo ni final, que explica el origen del cosmos.
Así, afirmar que toda la naturaleza es fruto de la casualidad es lo mismo que decir que tu teléfono inteligente (que seguramente usas y aprecias) surgió de una explosión en una fábrica de Apple. ¿Quién armó y confeccionó todas las piezas de un celular? Sin duda, una mente diseñadora maestra.
Tenemos también el caso de nuestro cuerpo. La complejidad de nuestro organismo es mucho mayor que la de una computadora moderna. Cada célula y cada miembro tiene su función. El cuerpo humano es una evidencia clara de la existencia de un Diseñador inteligente, un Creador, que nos formó de manera exacta y precisa.
La perfecta armonía entre los diferentes tipos de fuerzas de la naturaleza, que favorece la existencia de vida en la Tierra, también apunta a un Diseñador original.
En todas las civilizaciones existe la idea de Dios (interpretada, por supuesto, según la cultura local). En todo el mundo, no hay personas que estén completamente sin religión. La tradición sobre la existencia divina y la costumbre de rendir culto a un ser superior se remontan a los inicios de la humanidad, lo que da indicios de un origen común.
Nadie nace ateo. Psicológicamente hablando, la creencia en Dios es el sentimiento primero y natural de todas las personas. Si existe tal sentimiento, es razonable suponer que también existe su correspondiente.
Finalmente, la mayor evidencia de la existencia de Dios son los millones de personas transformadas por él después de la conversión. Esta experiencia es capaz de promover la verdadera felicidad y la paz.
Entonces, si existe, ¿por qué no responde a mi oración?
¿Crees? ¿Tienes fe? ¿Enfocaste todo el poder de tu pensamiento positivo (como si hubiera algo sobrenatural en él)? Sobre todo, oraste fervientemente para que se cumpliera la petición más deseada de tu corazón y… ¡no pasó nada! ¡Todo quedó igual! Mucha oración y pocos resultados. Mucho clamor y cero respuestas: ¡nada! Dios no “movió un dedo” para cumplir tu sueño.
A todo esto, se agrega un factor extra: la frustración parece ser mayor cuando escuchas relatos increíbles de respuestas a oraciones, grandes milagros y testimonios poderosos de plegarias respondidas… ¡para los demás! La pregunta que te haces en tu interior es: ¿Por qué esto solo les sucede a los otros, y no a mí?
La Biblia tiene la respuesta a este dilema; aun sabiendo que Jesús garantizó que pidamos y que se nos daría (Mat. 7:7). Debemos entender que hay situaciones en las que Dios no actúa por nuestro bien y por el bien del universo que él gobierna. Dios es capaz de contestar nuestras oraciones, pero sus criterios son más justos que los nuestros.
Te dejo algunos tips para orar de manera más eficaz:
1- Pide específicamente. No hagas una oración genérica del tipo “Bendice mi vida, amén”. Sé puntual en tus peticiones (Sant. 4:2).
2- Ora con frecuencia (Luc. 18:1-7). Hay personas que hablan con Dios como si estuvieran solicitando un servicio de entrega o un delivery. Todo padre quiere pasar tiempo de calidad en una conversación relajada y amistosa con sus hijos. Asimismo, lo importante de la oración no es que Dios nos diga que “sí” a todo, sino poder conversar con el Creador del universo.
3- Pide bien y para tu bien (Sant. 4:3; 1 Juan 5:14). Dios no contesta oraciones que van en contra de sus propósitos de amor por el ser humano, como las peticiones egoístas. ¿Pedimos lo que nos hará bien o lo que beneficiará a nuestros caprichos?
Tal vez, Dios no te da un día soleado para ir a la playa, porque él necesita enviar lluvia al agricultor que oró por eso y que depende del agua para que la cosecha sea efectiva. Sin embargo, si pides lo que él ya ha prometido, el “sí” está garantizado: “Pues en él se cumplen todas las promesas de Dios” (2 Cor. 1:20, DHH). Así que, estudia, conoce y reclama las promesas bíblicas. Ponte en sintonía con la voluntad de Dios: “Si alguno no quiere atender la ley de Dios, tampoco Dios soportará sus oraciones” (Prov. 28:9, DHH), y pide (sobre todo) la guía y la transformación que vienen por medio del Espíritu: “Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!” (Luc. 11:13).
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.
Escrito por Eduardo Rueda, pastor y editor de libros. Trabaja en la Casa Publicadora Brasilera.
Al leer el título, sin dudas, creo que todos reconocemos que es el eslogan de la marca deportiva Nike. Traducido al español, sería algo así como “¡Solo hazlo!” Según la aplicación que le demos, esta frase puede ser positiva o negativa.
Por un lado, se fundamenta su creación en la publicidad lanzada en 1988, que apuntaba a que las personas no se detuvieran en el deporte y que se motivaran sin pensar tanto, usando la imagen y el ejemplo de un atleta de ochenta años llamado Walt Stack (¡quien corría 27 km todas las mañanas!). En el video se veía al hombre corriendo por el puente Golden Gate, y luego aparecía como cierre la famosa frase.
Pero, según reseñan medios internacionales, el encargado de aquella publicidad y de la frase para la marca fue Dan Wieden, jefe de la agencia Wiedden+Kennedy. Años más tarde, Wieden reveló que se inspiró en la frase dicha por un asesino antes de ser fusilado. Sus últimas palabras fueron: “Just do it!” Sorprendente, ¿no?
De la misma manera, podemos aprender a analizar el impacto de nuestras emociones sobre nuestras acciones, que tarde o temprano traen consecuencias que pueden ser positivas o negativas.
La inteligencia emocional nos permite aprender a analizarnos y a reconocer e identificar las emociones positivas y negativas que experimentamos en nuestra vida.
Pero la clave es validar nuestras emociones. ¿De qué se trata esto?
La validación emocional es la aceptación de la experiencia emocional propia y la del otro; y es un proceso de aprendizaje, entendimiento y expresión. Por el contrario, la invalidación emocional hace referencia al rechazo, la ignorancia o el juicio de la experiencia emocional personal o de la otra persona.
La capacidad de empatía y escucha mejora las relaciones personales, ya que la otra persona se siente comprendida y reconocida. Esto aumenta la confianza entre dos personas y favorece el aumento de la verbalización de lo que el otro piensa y siente.
La validación emocional también es una forma de comunicar al otro la aceptación; por ejemplo, a la hora de resolver conflictos. Esto no significa que estemos siempre de acuerdo con la opinión del otro ni que compartamos su forma de pensar, sino que aceptamos y damos por válido aquello que la otra persona siente desde su punto de vista.
En muchas ocasiones juzgamos o criticamos lo que otros piensan, pero no mostramos que estemos en desacuerdo. Esto no es validación emocional, ya que la aceptación ofrece una oportunidad a la expresión emocional y a la comunicación.
Interiorizar la habilidad de validar las emociones de manera correcta requiere práctica. Validar una emoción consiste en dar reflejo a su sentimiento y hacerlo explícito. Presta atención a estas claves para mejorar la validación emocional.
1- Toma de conciencia. Hay diferentes formas de estar presente, aunque nuestro estilo de vida a veces lo dificulte. Estar consciente y con atención plena es el primer paso para la validación emocional. La reflexión consciente es útil para aprender a estar presente en el momento, y emplear un nivel de conciencia real y práctico.
2- Reflexión objetiva. Escuchar prestando atención a las reacciones y las emociones de la otra persona, y reflexionar sobre ello, te permite comprender las situaciones desde diferentes puntos de vista. La reflexión objetiva se refiere a realizar un resumen objetivo de lo que la otra persona ha dicho. Es necesario tener conocimiento sobre Inteligencia Emocional, ya que puede ayudarte a entender y regular las emociones y a tolerar diferentes formas de sentir.
3- Entendimiento de las reacciones. No podemos leer la mente, pero podemos intentar averiguar qué ha llevado a una persona a actuar de esa manera. Es básico entender lo que el otro puede estar sintiendo o pensando, y en muchas ocasiones no nos detenemos a pensar en ello. Para entenderlo, podemos demostrar disposición a escuchar, y desarrollar la habilidad de observación.
4- Entendimiento de la situación. Comprender las emociones del otro implica que con pocos elementos se puede formular una hipótesis sobre su reacción emocional; para ello, es importante conocer su contexto. Esta hipótesis se debe comunicar al otro para que nos exprese si estamos en lo cierto.
5- Normalización de las emociones. Normalizar las reacciones emocionales ayuda a las personas a saber que la mayoría de la gente, en su situación, se sentiría igual. Todos tenemos un poco de todas las emociones; por ende, se van activando sobre la base del contexto y las experiencias que vamos experimentando.
6- Aceptación de las emociones de los demás. Aceptar la experiencia emocional del otro es importante en todas las relaciones interpersonales. Todas las emociones tienen un sentido, e independientemente de la emoción que la otra persona esté sintiendo, es su emoción y hay que respetarla.
Necesitamos practicar y aprender a validar nuestras emociones y aprender a conocernos: identificar nuestro temperamento, desarrollar nuestro potencial espiritual, reflexionar sobre lo que sentimos, evaluar cómo actuamos, y trabajar con nosotros mismos para buscar nuestra mejor versión. Así, podremos llevar nuestro aprendizaje vertical (con Dios) al horizontal (con nuestros prójimos), como influencers positivos, y desarrollar con paciencia, perseverancia, constancia y dedicación la inteligencia emocional.
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.
Escrito por Melissa Rojas Romero, Lic. en Psicopedagogía y especialista en Trastornos del Neurodesarrollo. Escribe desde Asunción, Paraguay. @lic.melurojas