Sin quejas ni victimizaciones
Sin quejas ni victimizaciones
“Pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente” (Gén. 50:20).
Cuando Soraya Jiménez ingresó a aquel gimnasio, lo hizo con el fin de recuperarse de una lesión que había sufrido en su rodilla jugando al básquet. Sin embargo, cuando un entrenador la vio levantar pesas, la vida de Soraya daría un vuelco impensado. De repente, se encontraba rompiendo récords. A los catorce años, la joven mexicana se abrió paso en este deporte compitiendo en instancias nacionales e internacionales.
No obstante, cuando llegó el momento de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 el Comité Olímpico Mexicano (COM) le denegó su participación. ¿El motivo? La halterofilia era un deporte solo para el género masculino. Fue recién en 1997 cuando se aprobó la participación de las mujeres.
Su día de gloria fue el 18 de septiembre de 2000. Soraya hizo historia al convertirse en la primera mujer mexicana en ganar una medalla de oro en los JJ. OO., logrando el primer lugar en la competencia luego acumular un total de 222,5 kg.
¿Puedes entender los propósitos de Dios para tu vida? Cuando las cosas salen bien, no tenemos dudas de que Dios nos está acompañando. Pero cuando comienzan a tomar rumbos un tanto distintos a los esperados, y hasta opuestos, comenzamos a dudar de Dios.
Lo más probable es que en distintas circunstancias de tu vida hayas renegado con él, quejándote por lo que estabas atravesando. ¿Dónde está la fe en aquel momento?
Hay una frase que dice: “Dios escribe derecho sobre renglones torcidos”. Cuando Dios permite que atravesemos por situaciones dolorosas, lo hace no porque él lo haya enviado (Sant. 1:13), sino porque conoce que saldremos fortalecidos. A pesar del dolor, Dios es quien dirige un sinnúmero de cuestiones para que se transformen en bendición. Al dejarnos guiar por él ya estamos dando respuestas a muchos porqué.
Deja hoy de quejarte de tu circunstancia y pregúntale a Dios cuál es el propósito de tu vida. Quién sabe, quizás estés atravesando todo esto para crecer y salvar a otros en el nombre de Jesús.
Este artículo fue publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2020.
Escrito por Leo Ottín Pechio, Lic. en Educación Física y Guardavidas profesional.