Ayuda para los Gators

Ayuda para los Gators

“Las promesas de Dios son como las estrellas; cuanto más oscura es la noche, más fuertemente brillan” (David Nicholas)

“¿Por qué mis jugadores no pueden orinar después de cada partido?” fue el incisivo cuestionamiento del entrenador de fútbol americano de los Florida Gators a Robert Cade, el doctor del equipo. Esta simple pregunta formulada en 1965 cambiaría la historia para siempre.

Frente al problema, el médico descubrió que, en un juego de tres horas, el 90 por ciento del peso que perdía un jugador consistía en agua. Al sudar, los deportistas perdían los electrolitos sodio, cloruro y potasio, que no eran reemplazados, y esto causaba trastornos en el delicado equilibrio químico del organismo.

Así que, junto a otros investigadores, crearon una bebida que llamaron “Gator-Aid” (que traducido del inglés significa “ayuda para los Gators”). Con el tiempo, y por razones comerciales, decidieron renombrarla “Gatorade”.

En 1966, los Gators disputaron la final del Orange Bowl frente al equipo de Georgia Tech. En la segunda mitad del partido, a los jugadores de Georgia se los veía lentos y cansados, a diferencia de los Gators, que parecía que acababan de iniciar el encuentro. Ganaron 27 a 12. Al finalizar el cotejo, le preguntaron a Bud Carson (entrenador de Georgia) por qué habían perdido. “No teníamos Gatorade: esa fue la diferencia”, respondió.

Desde luego, la mejor hidratación para tu cuerpo es el agua y no una bebida artificial. Pero, en el partido de la vida, Dios no nos dejó solos. Tenemos ayuda. Podemos ganar. Así como los deportistas beben Gatorade en sus entrenamientos y partidos para rendir mejor, nosotros podemos obtener altos logros y socorro oportuno en Jesús, el Agua de vida (Juan 4:13, 14).

Tenemos su ejemplo, tenemos sus enseñanzas y tenemos sus promesas. Toma tu Biblia, lee las promesas, aférrate a ellas y sal a enfrentar los desafíos de esta hora espléndida.

Toma nota: Nunca estás solo (Mat. 28:20), tus pecados te son perdonados (1 Juan 1:9), tendrás fortaleza para resistir la tentación (Sant. 1:12), pronto ya no habrá más dolor ni lágrimas (Apoc. 21:4), Jesús te está preparando un hogar en el Cielo (Juan 14:1-3).

Hay muchas más. Estudia tu Biblia y descúbrelas. Te aseguro que hacer esto es mejor que beber una Gatorade bien fría.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2021.

Escrito por Por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Lo que pudo haber sido

Lo que pudo haber sido

Lo que pudo haber sido

“El fracaso es solo la oportunidad de comenzar de nuevo de forma más inteligente (Henry Ford)

Para mí, Diego Maradona fue el mejor futbolista de todos los tiempos. Con una gambeta inigualable y con una mirada atenta, siempre estaba “una jugada adelante” del resto. Dotado de un talento deportivo excepcional, fue campeón del mundo con la Selección Argentina juvenil y con la mayor. Ganó muchos títulos, innumerables reconocimientos y convirtió el mejor gol en la historia de los mundiales.

Hoy es fácil ser famoso. Un clic te vuelve viral desde Alaska hasta Papúa Nueva Guinea. Pero él fue mundialmente conocido en una época en donde el mundo no era global.

Pese a todo, Maradona cayó en el infierno de las drogas. Envuelto en una vida de licencias, la noche y las sustancias prohibidas terminaron con su carrera deportiva. Un día, le preguntaron a un famoso periodista qué le criticaría a Maradona. Él dijo: “Me entristece lo que pudo haber sido y no fue”.

Cuando pienso en “lo que pudo haber sido”, también pienso en Esaú, en Sansón, en Judas, en el joven rico, en el rey Agripa y en tantos otros talentosos personajes bíblicos que, teniendo grandes capacidades y oportunidades, las desecharon, no tuvieron un final feliz.

Cuando pienso en 2020, reflexiono en “lo que pudo haber sido y no fue”. Pudieron celebrarse los Juegos Olímpicos y el Congreso de la Asociación General. Pero, no. Un meme popular muestra un almanaque 2020 solo de enero a marzo, y luego… ¡pandemia!

Sí, 2020 fue un año de cuarentena, enfermedad y muerte. Fue un año de barbijos permanentes, de encierros prolongados, de planes frustrados y de sueños rotos. Ahora, lo trascendente para tu vida no es lo que sucedió, sino lo que vendrá. No podemos cambiar el pasado, pero hoy tenemos la oportunidad de escribir un nuevo y exitoso presente, tomados de la mano de Dios.

[… Texto completo exclusivamente en la versión impresa. Suscríbete a la revista Conexión 2.0 y recíbela trimestralmente en tu domicilio o iglesia] 

En este nuevo año, deja atrás el “lo que pudo haber sido” y enfócate en el bien que Dios quiere hacer en tu vida y a través de tu vida.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2021.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Dio covid

Dio covid

Dio covid

“El mayor día de nuestra vida es cuando tomamos la responsabilidad de nuestras actitudes y acciones. Ese es el día en que realmente crecemos” (John Maxwell).

Me encanta el tenis. Me confieso admirador del gran Roger Federer, pero hoy el número uno del ranking es el serbio Novak “Nole” Djokovic. Meses atrás, Nole fue noticia por un comportamiento inapropiado. En medio de la pandemia de la COVID-19 organizó el llamado “Adria Tour”, una serie de partidos de tenis que se jugaría en distintas ciudades balcánicas entre el 12 de junio y el 5 de julio.

La organización de este evento no cumplió con ninguno de los protocolos de prevención contra el coronavirus. Como resultado de estas irresponsabilidades, tanto Nole como otros tenistas y personas de su entorno fueron infectados. El torneo fue cancelado.

¿Qué podemos aprender de esto?

  1. Las buenas intenciones no alcanzan: Nole afirmó que el objetivo de este torneo era recaudar fondos para ayudar a tenistas necesitados. ¿Recuerdas el dicho popular que expresa: “El camino al infierno está lleno de buenas intenciones”? No basta con decidir hacer algo bueno. Hay que hacerlo. No te olvides de 1 Juan 3:18: “Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos”.
  2. Las acciones traen reacciones: Nole manifestó que nunca quiso provocar daños. Todo lo que decidimos hacer trae consecuencias para bien o para mal. ¿Recuerdas el refrán que dice: “No puedes revolcarte en el barro y salir limpio”? Dios nos dio la libertad de elegir, pero esa libertad implica también hacerse cargo de esa elección. No dejes de leer Eclesiastés 11:9: “Déjate llevar por los impulsos de tu corazón y por todo lo que ves, pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuenta”.
  3. No uses los errores de los demás para justificar los tuyos: Tras enterarse de esto, Nick Kyrgios (otro tenista muy polémico por sus exabruptos) opinó que no lo critiquen más a él luego de esto. Si alguien hace las cosas mal no puedes utilizar eso como defensa para lo que tú haces de manera incorrecta. Recuerda Mateo 7:3: “¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo?”
  4. Madura: Andrea Gaudenzi, presidente de la ATP, dijo que lo que sucedió fue como la conducta de niños inmaduros. Es tiempo de crecer y de tomar las decisiones correctas. No olvides el consejo de San Pablo: “Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos, tanto en el cuerpo como en el espíritu; y en el temor de Dios procuremos alcanzar una completa santidad” (1 Cor. 7:1).

Este artículo fue publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2020.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0

Coronavirus

Coronavirus

Coronavirus

¿Oportunidad o amenaza?

“Que todo aquello que te hace sufrir también te haga crecer” (Erton Köhler).

Y , de repente, el mundo se detuvo. Ni la película más taquillera de ciencia ficción lo hubiera ideado. Fronteras cerradas en plena aldea global, Juegos Olímpicos suspendidos, acciones de las bolsas del mundo en caída libre, clases interrumpidas. El coronavirus ha multiplicado el uso de los barbijos, ha impedido besos y abrazos, ha evitado bodas y ha hecho que decenas de cumpleaños se celebraran online. Esta pandemia ha reconfigurado el turismo y reducido drásticamente el tráfico aéreo mundial.

Lo que sí puedo hacer es que juntos pensemos al respecto. Seguramente te encontrarás en tu casa o has tenido que reducir tus salidas por esta crisis global. Pues bien, toda amenaza también es una oportunidad para crecer. Por eso, te dejo cinco lecciones que podemos aprender de este contexto.

Infórmate. Ten cuidado sobre la calidad de información que consumes. Desconfía de lo que te envían por las redes sociales. Chequea bien la información y las fuentes.

Sé prudente. Contrariamente a lo que quizá pienses, la prudencia no es sinónimo de cobardía. La prudencia es tener cautela, moderación, sensatez y buen juicio.

Reaviva tu relación con Dios. Tal vez, este triste stop te ayude a buscar más a Dios en oración y estudio de su Palabra. Si lo haces, descubrirás que es lo mejor que te puede suceder.

Aprovecha el tiempo. Ahora es el momento de leer (¡al fin!) ese libro, ordenar (¡de una vez!) las cosas de tu habitación, terminar (¡o empezar!) ese arreglo en tu casa y aprender (¡o perfeccionar!) un idioma. ¡Vamos! La vida no solo es jugar en el celular y mirar series en Netflix.

Alienta a otros. Tal vez no lo notes, pero mucha gente a tu alrededor tiene miedo y está sola. Sé un mensajero de esperanza. Usa la tecnología de manera positiva para brindar ánimo y acercarte a otros. Esta también es una oportunidad para servir y ayudar a los demás.

 

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2020.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Nisán, Iyar y Siván

Nisán, Iyar y Siván

Nisán, Iyar y Siván

“El pesimista crea dificultades de sus oportunidades, el optimista crea oportunidades de sus dificultades”
(Harry Truman).

No, no son nombres de personajes de una famosa novela turca, ni ciudades árabes, ni nombres de mascotas de Medio Oriente. Nada de eso. Los tres nombres del título simplemente corresponden a los meses judíos de abril, mayo y junio.

Nisán (también llamado Abib) es marzo/abril. Se trata del primer mes del calendario hebreo bíblico, que comienza su cuenta a partir de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto. Así lo dice Éxodo 12:2. Y Éxodo 13:3 y 4 lo reafirma: “Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado. Vosotros salís hoy en el mes de Abib”.

¡Libertad, paz, cumplimiento de las promesas y una victoria total! ¡Qué lindo mes es Nisán! Que en este mes de abril puedas dejar atrás esos malos hábitos o vicios que te esclavizan, para ser libre en Jesús.

Siván es mayo/junio. Se trata del tercer mes del calendario hebreo en la Biblia. Así lo dice Éxodo 19:1. También es mencionado en Ester 8:9 y en el contexto de un decreto que les salvaría la vida a quienes eran parte del pueblo de Dios. No lo copiamos aquí porque ¡este es el versículo más largo de la Biblia en español! (Búscalo y léelo.)

Como si eso fuera poco, el 6 de Siván (o sea, cincuenta días después del 14 de Nisán) era la fiesta del Shavuot, que conmemoraba la entrega de la Ley por parte de Dios a Moisés. Luego se llamó la fiesta del Pentecostés y fue justamente en esa fecha cuando se derramó el Espíritu Santo (Hechos 2:1-3).

¡Salvación, nuevas oportunidades y vida! ¡Qué lindo es Siván! Que en este mes de junio puedas estar en comunión con Dios y que su Espíritu Santo llene todo tu ser.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del segundo trimestre de 2020.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

2020: Sanidad, prosperidad y seguridad

2020: Sanidad, prosperidad y seguridad

2020: Sanidad, prosperidad y seguridad

“Puedes entusiasmarte con el futuro” (Hillary DePiano).

¡La última vez que sucedió fue hace 1.010 años! Hablamos de tener un año con los dos números iguales terminados en 0. Tendrán que pasar 1.010 años más para que este fenómeno vuelva a ocurrir: ¡será en 3030! No creo que ninguno de nosotros esté aquí para entonces, ¿verdad?

Por eso, aprovechemos este presente, entusiasmándonos con el futuro. Este año, 2020, ha sido proclamado por la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) como el Año Internacional de la Sanidad Vegetal. ¿De qué se trata esto?

“Es una iniciativa clave para resaltar la importancia de la salud de las plantas, para mejorar la seguridad alimentaria, proteger el medio ambiente y la biodiversidad e impulsar el desarrollo económico”, asegura María Helena Semedo, directora general adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Con estas propuestas y concientizaciones, se espera una mayor y mejor colaboración mundial para aplicar políticas de sanidad vegetal en todos los niveles.

Un mundo con vegetales y alimentos sanos es un mundo mejor. Somos responsables de cuidar, en lo que dependa de nosotros, nuestro planeta.

Y también somos responsables de cuidar nuestra vida espiritual. Lo sabía Josafat, el rey de Israel, quien le dio al pueblo el siguiente consejo. ¿Sabes dónde se encuentra? ¡Sí, en un 2020!

“Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”

2 Crónicas 20:20

¡Seguridad y prosperidad! ¿No sería lindo empezar este año nuevo con estas dos cosas? No te estoy hablando de resoluciones irrealizables o de metas que bordean la exosfera. No. Te hablo sobre la segura base de las maravillosas promesas de Dios, quien nunca cambia, quien es el mismo de ayer, de hoy y de siempre.

Tu 2020 puede ser el mejor año si crees en Dios y en sus profetas. ¿Qué significa esto? Que cada día estudies la Biblia con oración y obedezcas sus enseñanzas. ¡El tiempo es ahora! Vive una vida sana, de fe, de esperanza y de obediencia. ¡Te espera un año histórico!

Este artículo fue publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2020.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.