¿Qué estás haciendo? ¡No pierdas más el tiempo!

Oct 3, 2022 | Vida en misión | 0 Comentarios

Una “hippie” trotamundos que fue llamada por Dios para servir.

Hace ya varios años leí un cuento de Julio Cortázar que se llamaba “Instrucciones de cómo subir una escalera”. Hay cosas que para algunos son naturales, lógicas y obvias; pero otros necesitamos instrucciones. 

En mi vida espiritual, he notado cómo Dios me mostró cuándo y cómo subir el siguiente peldaño. Admito que a veces no era consciente de que estaba subiendo una escalera. Pero hoy, mirando hacia atrás, puedo ver el crecimiento. Desde la altura se aprecian más cosas, se ve el panorama completo. Sin embargo, es en el detalle, en el peldaño a peldaño, donde más noto el amor de un Dios cuyos planes son perfectos y precisos.

Me gradué en 2013 como licenciada en Turismo. En diciembre de ese año emprendí un viaje como mochilera, en el que recorrí seis países de Sudamérica. Esta podría llamarse la etapa “hippie” de mi vida. Solía decir que quería viajar para “encontrarme conmigo misma”. Lo que jamás imaginé fue que viajar me llevaría a encontrarme con Dios. 

Recuerdo que estaba “haciendo dedo” (solicitando que alguien que pasara por el camino me transportara de manera gratuita) en el Amazonas brasileño. Y allí Dios me llamó: “Nati, ¿qué estás haciendo? No pierdas más tiempo. Sígueme”. De ahí en adelante puedo decir que volví a nacer. Pero imagínense lo que es para un bebé aprender a subir una escalera: tuve tropezones y el crecimiento fue lento. Pero Jesús estuvo ahí, dándome la mano en cada escalón.

Entre 2015 y 2019 viví en la Ciudad de Buenos Aires, en Argentina. Fue allí donde me involucré en actividades misioneras de la Iglesia Adventista de Palermo. También fui voluntaria para una Organización no gubernamental. Siempre me gustó ayudar… aunque admito que, a veces, lo tomaba como una terapia. 

Mi deseo de viajar seguía vigente. Sentía que ya estaba en condiciones de subir una escalera cual inca en Machu Picchu. Empecé a averiguar, y encontré el SVA (Servicio Voluntario Adventista); un programa de nuestra iglesia que brinda la posibilidad de servir de diversas maneras en instituciones adventistas alrededor del mundo. Me inscribí, y en 2020 Dios me bendijo llevándome a Ecuador, más precisamente, al ITSAE-CADE. Allí colaboré en la formación de una Academia de Idiomas, y dicté algunas materias para las carreras de Enfermería y Contabilidad. 

Siempre digo que el voluntariado es un camino de ida. Una cosa lleva a la otra y, de repente, en 2021, fui una de las primeras voluntarias online, dando clases de inglés para un centro de influencia de Kazajistán. De agosto a diciembre de ese año fui convocada a coordinar uno de los grupos OYIM, en Famaillá, Tucumán, Argentina. 

Hoy en día, mayo de 2022, me encuentro en Uzbekistán, en el corazón de Asia Central; como una de las primeras voluntarias adventistas en venir a este país. 

“Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida, aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente”, escribió Cortázar.

Podría parafrasear el párrafo y decir esto: “Las escaleras se suben con la vista en el Cielo y los pies sobre la Tierra. Hacia atrás solo debemos mirar para recordar cómo Dios nos ha guiado y cuidado. Al costado, para ayudar a los demás. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, con la cabeza erguida como hijos del Rey del universo, aunque no tanto que los ojos dejen de ver a quien está a mi lado y necesita una mano. La respiración debe ser lenta y regular, recordando en cada inspiración la gracia de Jesús, que estamos subiendo esta escalera solo por su misericordia, y que en la cima nos espera su abrazo infinito”.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.

Escrito por Natalia Díaz, Lic. en Turismo y misionera voluntaria en Uzbekistán.

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