El vicio secreto
El vicio secreto
El consumo de pornografía nunca es inocente.
¿Cómo podemos superar este mal hábito?
La pornografía es el conjunto de obras audiovisuales o escritas que presentan contenidos sexuales explícitos, con el objetivo de provocar la excitación sexual de quien está recibiendo el contenido. Es un vicio secreto, y muchos cristianos se sienten esclavizados por ella, aunque su primer contacto con este tipo de contenido haya sido accidental y prematuro.
La pregunta inicial es: ¿Por qué alguien se siente motivado a ver pornografía? Te dejo algunos motivos: simple curiosidad; predisposición genética a la impulsividad y a las adicciones; altos niveles de hormonas como la testosterona o el estrógeno; exposición temprana a contenido sexual; infancia y adolescencia sin un adecuado control de los adultos; y ocio o estilo de vida sedentario.
Ahora bien, este consumo no es para nada inocente, sino que tiene consecuencias: el cerebro obtiene una recompensa por medio de la masturbación y placer luego de ver pornografía. Esto requiere una descarga cada vez mayor de dopamina, que a su vez aumenta el apetito por ver estas imágenes y hace que uno se vuelva dependiente de ellas. Este espiral de vicio secreto lleva a una adicción y a una doble vida. Así, se acrecientan los sentimientos de culpa o vergüenza.
Además, hay una marcada ruptura en las relaciones personales, y eso conduce al aislamiento social, la hostilidad o la irritabilidad ante restricciones o sugerencias relacionadas con no ver pornografía. La pornografía también conduce a la depresión y a la ansiedad.
Es importante visibilizar este problema dentro del ámbito cristiano. The Barna Group hizo un estudio sobre esto que incluye 432 pastores adultos y 338 pastores jóvenes. El informe revela que el 57 % de los pastores adultos admitieron luchar actualmente, o haber luchado en el pasado, contra este mal, en comparación con el 64 % de los pastores jóvenes. El 14 % de los dirigentes de mayor edad dijeron que actualmente están sumergidos en este mal, en comparación con el 21 % de los líderes de menor edad. Más de uno de cada 10 pastores jóvenes describieron su lucha como una adicción, y uno de cada 20 pastores adultos también la considera así. Muchos líderes religiosos que batallan contra la pornografía dicen que esto ha afectado negativamente su ministerio. Como ves, es un problema que afecta a muchas personas.
¿Cómo vencer la pornografía?
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Por eso, no debemos exponerlo a tentaciones innecesarias. Haz la oración de Job 31:1 y 2 (NTV): “Hice un pacto con mis ojos, de no mirar con codicia sexual a ninguna joven. Pues, ¿qué ha escogido para nosotros el Dios del cielo? ¿Cuál es nuestra herencia del Todopoderoso en las alturas?”
Para superar este problema, considera lo siguiente:
1- La pornografía es un pecado. Arrepiéntete. Corre a Jesús. La Biblia dice que donde hubo pecado sobreabundó la gracia. Pide perdón por tus pecados y acércate a Dios. Busca fortaleza en él. En Jesús puedes ser más que vencedor.
2- Trabaja la conexión con Dios, contigo mismo, con tu familia y amigos, con tu iglesia y con un mentor, consejero o psicoterapeuta. Todos quieren lo mejor para ti.
3- Mantente ocupado en las actividades de la iglesia, sobre todo en las del Club de Conquistadores y actividades juveniles. Si estás ocupado, Satanás no podrá encontrar una brecha por donde entrar.
4- Ten un guía espiritual: un pastor o dirigente que sea muy discreto y que te apoye y guie con pautas para abandonar esta práctica y con su oración intercesora.
5- Bloquea, elimina, aléjate de manera radical de todo lo que pueda tentarte a volver a caer.
6- Si ves que solo no puedes, busca ayuda. Cuando estas sugerencias no son suficientes, estás luchando contra una adicción. Los profesionales de la conducta están para apoyarte en este proceso difícil, y Dios está contigo. No te sientas solo. Acepta que esto te ha superado y pide ayuda. Aparta los primeros minutos de cada día para orar al Señor por dominio propio.
7- Evita películas o series que contengan escenas sexuales. Coloca la computadora donde todos la vean y no duermas con el celular cerca.
8- En Jesús puedes ser más que vencedor. Recuerda que eres amado por Dios. Ve a él sin temor. ¡Dios no te ve como un adicto, te ve como su hijo amado!
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.
Escrito por Vicky Fleck, estudiante de Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba y miembro de la Iglesia Adventista de Córdoba Centro. @vickyfleck