Adivina, adivinador

Jul 3, 2019 | En paz | 0 Comentarios

Alerta: el suponer algo puede causarte conflictos falsos, erróneos o latentes.

…“ME PARECE…” , “NO TENGO POR QUÉ CONTARLE TODO, SE TIENE QUE DAR CUENTA”, “TENÍA LA ESPERANZA…”, “YO ESPERABA…”, “YO LO PUSE EN MI ESTADO DE WHATSAPP”, “QUE LEA MI ESTADO DE INSTAGRAM”…

¿Te resultan conocidas esas frases? Todas tienen algo en común: expectativas sobre el accionar de la otra persona. La esperanza de que el otro actúe, se mueva, piense o diga las cosas tal como nosotros las imaginamos; más aún, que sepa lo que nosotros pensamos o estamos atravesando. Después de todo, lo publicamos en nuestras redes y ¿cómo no va a saberlo?

¿Sabías que existen distintos tipos de conflictos? Para entenderos vamos a analizar la siguiente situación: “Pasas cerca de una casa y escuchas fuertes peleas, te das cuenta de que se trata de un matrimonio que discute por el uso del baño: tanto el esposo como la esposa quieren usar el baño en el mismo momento”.

  • Ambos quieren usar el baño en el mismo momento. Se dan cuenta de que hay una situación real: esto es lo que se llama conflicto auténtico.
  • Supongamos que el esposo piensa que la esposa quiere usar el baño porque él lo está por usar. En ese caso, se trata de un conflicto erróneo, porque una de las partes no estaría siendo objetiva.
  • Compliquemos más la situación. La esposa no ha llegado a la casa y, en el camino, va pensando: “Seguro que al llegar mi esposo querrá ir al baño; tuvo todo este tiempo, pero lo querrá usar solo porque yo estoy exhausta y lo necesito”. Esto se llama conflicto latente, nada ha sucedido aún, pero una de las partes ya se ofusca y genera un sentimiento negativo que provocará el conflicto.
  • Y, por último, un detalle importante: la casa tiene dos baños; sin embargo, la pareja igual está discutiendo. ¿Por qué? Porque ambos quieren usar uno de los baños y no el otro. Esto se llama pseudo-conflicto, es decir, conflicto falso. No existen razones para el conflicto, pero las inventan.

Aunque el ejemplo puede parecer divertido, y hasta extremo, lo cierto es que esto ocurre a diario. Me atrevo a decir que la mayoría de nuestros conflictos no son reales, no son auténticos.

La gran pregunta que surge es: ¿Cómo evitar conflictos erróneos, latentes o falsos? No hay recetas mágicas, pero para esas situaciones que te generan sentimientos negativos, donde sabes que estás ante un posible conflicto, te dejo esta serie de sugerencias para decidir si “la batalla” vale la pena.

En primer lugar, ora. Siempre orar es el primer paso. Pide que el Señor te dé calma, claridad de mente. Y luego, responde estas simples preguntas:

  • La persona con la cual me estoy “enojando” ¿es realmente “responsable” de la situación?
  • El motivo ¿es real?
  • ¿Estoy reaccionando de acuerdo con la situación? (Es decir, no estoy exagerando).
  • ¿Esperaba que la otra persona actuara como yo lo había imaginado? ¿Quería que supiera lo que estaba pensando?

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del … trimestre de 2019.

Escrito por Jimena M. S. Valenzuela, magíster en resolución de conflictos.

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