Coronavirus
¿Oportunidad o amenaza?
“Que todo aquello que te hace sufrir también te haga crecer” (Erton Köhler).
Y , de repente, el mundo se detuvo. Ni la película más taquillera de ciencia ficción lo hubiera ideado. Fronteras cerradas en plena aldea global, Juegos Olímpicos suspendidos, acciones de las bolsas del mundo en caída libre, clases interrumpidas. El coronavirus ha multiplicado el uso de los barbijos, ha impedido besos y abrazos, ha evitado bodas y ha hecho que decenas de cumpleaños se celebraran online. Esta pandemia ha reconfigurado el turismo y reducido drásticamente el tráfico aéreo mundial.
Lo que sí puedo hacer es que juntos pensemos al respecto. Seguramente te encontrarás en tu casa o has tenido que reducir tus salidas por esta crisis global. Pues bien, toda amenaza también es una oportunidad para crecer. Por eso, te dejo cinco lecciones que podemos aprender de este contexto.
Infórmate. Ten cuidado sobre la calidad de información que consumes. Desconfía de lo que te envían por las redes sociales. Chequea bien la información y las fuentes.
Sé prudente. Contrariamente a lo que quizá pienses, la prudencia no es sinónimo de cobardía. La prudencia es tener cautela, moderación, sensatez y buen juicio.
Reaviva tu relación con Dios. Tal vez, este triste stop te ayude a buscar más a Dios en oración y estudio de su Palabra. Si lo haces, descubrirás que es lo mejor que te puede suceder.
Aprovecha el tiempo. Ahora es el momento de leer (¡al fin!) ese libro, ordenar (¡de una vez!) las cosas de tu habitación, terminar (¡o empezar!) ese arreglo en tu casa y aprender (¡o perfeccionar!) un idioma. ¡Vamos! La vida no solo es jugar en el celular y mirar series en Netflix.
Alienta a otros. Tal vez no lo notes, pero mucha gente a tu alrededor tiene miedo y está sola. Sé un mensajero de esperanza. Usa la tecnología de manera positiva para brindar ánimo y acercarte a otros. Esta también es una oportunidad para servir y ayudar a los demás.
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2020.
Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.
0 comentarios