Atenas 2004

Atenas 2004

Atenas 2004

El día en el que la llama olímpica volvió a su hogar.

Fueron más de 10 mil atletas en 301 pruebas y 28 deportes los encargados de ponerle vida y color a los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de Atenas 2004 (oficialmente denominados Juegos de la XXVIII Olimpiada). Se celebraron en la capital de Grecia entre el 13 y el 29 de agosto de 2004.

De este modo, los Juegos regresaron a casa… ¡en doble sentido! En primer lugar, porque fue en Atenas (en 1896) donde se celebraron los primeros JJ.OO. de la era moderna. En ellos, participaron 241 atletas masculinos de 14 países (en 43 pruebas y 9 deportes). Y, en segundo lugar, porque Grecia fue el lugar de origen de este tipo de competencias. Así, nos remontamos a la ciudad de Olimpia y las fiestas atléticas celebradas desde el año 776 a. C. cada cuatro años. Por eso, el símbolo de Atenas 2004 fue la corona de laurel, premio que se daba a los ganadores en la antigua Grecia.

Más allá de estos aspectos, cabe destacar los siguientes puntos.

La gloria sudamericana

Sin duda, Latinoamérica vibró con dos deportes hermosos que le dieron a la Argentina y a Chile momentos épicos.

Por un lado, la Selección Argentina de Básquet no solo logró el oro olímpico, sino que se dio el lujo de eliminar en las semifinales por 89 a 81 al famoso Dream team, el equipo de Estados Unidos, claramente favorito a terminar en lo más alto del podio. En la final, Argentina venció a Italia 84 a 69. Así el conjunto argentino ganó por primera vez la medalla dorada en este deporte.

En estos JJ.OO. también la Selección Argentina de Fútbol ganó por primera vez la medalla dorada en Fútbol.

Por su parte, los tenistas chilenos Nicolás Massú y Fernando González ganaron la medalla dorada en la competición de dobles, derrotando a los alemanes Rainer Schuettler y Nicolas Kiefer luego de tener cuatro match point en contra. Esta medalla se convirtió en el primer oro en la historia olímpica chilena. Además, y para acrecentar el predomino chileno en el tenis, Massú ganó la medalla de oro y González la de bronce en la competición individual.

Un traspié llegando a la meta

Estos JJ. OO. quedaron en la historia por un desafortunado incidente que alteró el maratón, la prueba olímpica más famosa.

El atleta brasileño Vanderlei Cordeiro de Lima lideraba cómodamente esta gran prueba de 42 km. Sin embargo, en el kilómetro 36 ocurriría algo que cambiaría su vida para siempre. Un exsacerdote irlandés llamado Cornelius Horan salió de entre la multitud y lo empujó de manera inexplicable. Ayudado por el público por este incidente, especialmente por el espectador griego Polyvios Kossivas, Vanderlei retornó a la carrera, pero llegó en tercer lugar. Así, obtuvo la medalla de bronce y fue ovacionado y aplaudido por todo el estadio Panathinaiko.

Como compensación debido a este suceso Vanderlei recibió la medalla Pierre de Coubertin por su valor y espíritu olímpico. ​Además, fue el encargado de encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Un doblete histórico

El atleta marroquí Hicham El Guerrouj ganó el oro en los 1.500 y 5.000 metros. De esta manera, se convirtió en la primera persona en lograr esta hazaña en los Juegos Olímpicos desde Paavo Nurmi, en París, 1924.

De este modo, superó dos fracasos. Hicham era uno de los favoritos para ganar el oro en los 1.500 metros en los JJ.OO. de Atlanta 1996, pero cuando se estaba disputando la final de los 1.500 metros se cayó y tuvo que abandonar la prueba. También era el gran favorito para llevarse la medalla de oro en los JJ.OO. de Sídney 2000. Sin embargo, en la final olímpica Hicham se vio sorprendido por el atleta keniano Noah Ngeny, que venció sin atenuantes. Como vimos, en 2004 tuvo una excelente revancha.

Otros hitos destacados

Liu Xiang ganó el oro en los 110 metros con vallas, igualando el récord mundial de Colin Jackson de 1993. Esta fue la primera medalla de oro de China en atletismo masculino.

Estos juegos también marcaron el regreso de Afganistán a las olimpiadas desde 1999. Su participación fue prohibida debido a las actitudes extremistas del régimen talibán hacia las mujeres.

A su vez, el atleta Félix Sánchez ganó la primera medalla de oro olímpica para la República Dominicana, venciendo en los 400 metros con vallas. ​

Por último, cabe destacar a la kayakista alemana Birgit Fischer, quien ganó el oro en el K-4 500 metros y plata en el K-2 500 metros. De este modo, se convirtió en la primera mujer en cualquier deporte en ganar medallas doradas en seis Juegos Olímpicos diferentes, la primera mujer en ganar el oro con 24 años de diferencia y la primera persona en la historia olímpica en ganar dos o más medallas en cinco Juegos diferentes.

Este artículo ha sido publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Por Leo Ottín Pechio, Lic. en Educación Física y guardavidas profesional.

Lecciones instantáneas

Lecciones instantáneas

Lecciones instantáneas

Un campamento, un almuerzo y un puré de papas que no salió del todo bien.

Hace un par de años estábamos en un campamento de consejeros, recargando los pulmones de aire puro entre medio de los árboles. Ya casi terminaba el evento. Almorzábamos, y a casa. Incluso, algunos, ya se habían ido en los primeros autos que iban llevando gente. Los que quedábamos, no queríamos que el campamento terminara.

Así que ahí estábamos, charlando y comenzando la tarea culinaria, muy lentamente. Era la última comida del campamento. Los chicos preparaban papas fritas. Las demás chicas se habían ido y sólo quedábamos Nati y yo. Nuestro menú era fácil. Como era la última comida tenía que ser algo de rápida preparación. Mirábamos cómo los chicos sacaban unas papas muy dudosas del aceite. Algunas muy cocidas, y otras muy crudas. Y la mayoría tenía las dos cualidades: por dentro crudas y por fuera muy cocidas.

Nosotras sacamos, muy orgullosas, las milanesas de soja ya preparadas y el paquete de puré instantáneo de las mochilas. Nos creímos muy prácticas. En unos minutos estaríamos comiendo… ¡y muy rico!

–¿Vos sabés cómo se hace? –preguntó Nati.

–Obvio, contesté. Debe ser así.

Cabe resaltar que ninguna había hecho un puré instantáneo antes, pero pensamos: se debe calentar agua hasta que hierva, echamos el polvito de puré, revolvemos y listo.

No pretendo que esto se convierta en una sección de recetas, pero así no es como se prepara un puré instantáneo. Ahora lo sé.
El agua hervida saltaba y hacia chisporrotear el fuego y las cascaritas de papa fueron insuficientes para tanto líquido. Cuando nos dimos cuenta del error, creímos que la mejor solución era dejarlo cocinarse más tiempo, así el agua se “evaporaba”. ¡Era una deducción brillante! Excepto que el puré no pensó lo mismo que nosotras. Cuando comenzó a pegarse en los bordes de la olla, nos dimos cuenta de que eso no iba a mejorar y que era el momento de sacarlo del fuego.

En fin, el puré no quedó apetecible. Demasiado líquido y desabrido. Por otro lado, las milanesas tampoco colaboraron demasiado. Las había llevado hechas desde mi casa. Es decir, habían estado todo el campamento en la mochila. Cuando las sacamos del envase, nos dimos cuenta de que habían perdido la hidratación y estaban -siendo generosa- sumamente duras.

–Eso parece cartón con pan rallado –dijo sonriendo uno de los chicos. Tristemente, tenía razón.

El único consuelo que me quedaba, era ponerle mucho limón. Había traído uno del árbol de casa, pero al cortarlo, notamos que estaba seco y que no iba a poder salvarnos.

Sentadas en el pasto con nuestros platos nada ricos, mirábamos a los chicos que ya les habían agarrado la mano a sus papas fritas y les estaban saliendo hermosas. El olorcito llegaba hasta nuestro rincón como una burla silenciosa desde la unidad de varones.

Qué diferente habría sido el almuerzo si hubiéramos leído las instrucciones del paquete, ¿verdad?

En realidad, lo leímos, pero demasiado tarde. Descubrimos que, no solo le erramos en la proporción correcta de líquido, sino que también llevaba leche.

En el Club de Conquistadores he aprendido muchas cosas. Por ejemplo: ¡cómo no hacer un puré instantáneo!

Así también sucede en la vida espiritual: hay veces en las que creemos saber cómo hacer las cosas. Creemos que no necesitamos instrucciones. Creemos que podemos solos.

Quiero decirte que no es así y que, lamentablemente, nuestro orgullo se convierte en frustración. Pero qué bendición saber que tenemos un Padre en los cielos que nos dejó en su Palabra las recetas para todos los días de nuestra vida. Y no solo nos da las recetas: si se lo permitimos, también nos guía en cada paso de la preparación.

Cuando me siento tentada a no obedecer la Ley de Dios, siempre recuerdo aquel puré desabrido y este versículo que tiene mucho gusto: “Fíate de Jehová de todo tu corazón. Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Prov. 3:5, 6).

Este artículo ha sido publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Abril Pesoa, miembro de la Iglesia Adventista de Paraná Centro (Entre Ríos, Argentina) e integrante del Club de Conquistadores Lemuel.

Tuve relaciones sexuales: ¿Y ahora qué?

Tuve relaciones sexuales: ¿Y ahora qué?

Tuve relaciones sexuales: ¿Y ahora qué?

¿Puedo ser puro a pesar de haber desobedecido en el pasado?

En el ámbito de jóvenes cristianos la pureza y la virginidad son ideales a alcanzar. Pero muchas veces uno se cuestiona por qué esto es algo tan importante. Cuando tienes relaciones sexuales al parecer nada cambia. Físicamente no hay modificaciones notables, pero tu mente nunca vuelve a ser la misma. Y allí llegamos al punto importante.

Las cosas como son

En 1 Corintios 6:18 la Palabra de Dios dice que el acto sexual antes del matrimonio o fuera de él es pecado. No es un consejo, es un principio. Y no es algo arbitrario, es por amor.

Para Dios, tu virginidad no es tan importante como tu pureza. Puedes no ser virgen, pero si tomas una decisión a tiempo, nunca es tarde para que Dios te haga puro.

Mientras tanto, no voy a engañarte con el discurso de que tener relaciones sexuales antes del matrimonio no trae problemas. Tampoco debemos olvidar que Dios siempre presenta una solución. Toda transgresión tiene una consecuencia que Dios no puede evitarte, pero sí puede ayudarte a atravesar. ¿Hay una condición? Sí, siempre. Una vez que reconocemos que lo que hacemos no es correcto, comienza el proceso de abandonar aquello que nos aparta de Dios. Tiene que haber una obediencia que manifieste tu fe en la Palabra de Dios y en sus mandatos que prometen bendición.

Es importante tener en cuenta que cuanto más tiempo tardes en arrancar radicalmente todo lo que te asocia con tu vida sexual pasada entonces peores consecuencias tendrás que experimentar.

¿Por qué el sexo prematrimonial te hace daño?

Algunas razones, entre otras, son:

Razones emocionales: Te apegas a esa persona generando codependencia. Una vez que hubo sexo, están tan íntimamente relacionados que, al faltar el compromiso de un matrimonio, temen perderse y eso los lleva a tener pensamientos persecutorios de que les faltará el otro.

Razones psicológicas: Tales como culpa, ansiedad, depresión, irritación, autoreproche y baja autoestima.

Razones vinculares: Tales como celos, desconfianza en el otro, falta de comunicación, incapacidad para resolver conflictos, abuso y maltrato.

Razones espirituales: Dios no se aparta de ti, pero estar practicando lo que le desagrada te aparta de él. Le hablas y no escuchas su voz, no porque no responda sino porque tu pecado levanta una brecha entre ambos. El sexo es una representación de la intimidad que tienes con Dios, si practicas esa intimidad de forma inmoral, tu relación con Dios inevitablemente se ve afectada.

Razones físicas: Tales como enfermedades de transmisión sexual, impotencia sexual, eyaculación precoz, inhibición del deseo, frigidez y embarazos no deseado.

¿Es posible revertir estas? Sí. No todas, no en todos los casos, pero sí. El pensamiento de alguien que tuvo sexo ahora está más sexualizado, y se requiere un mayor esfuerzo para dominar el impulso sexual. Primordialmente debes saber que el mejor momento para cambiar es hoy. No lo olvides: el día de tu salvación es hoy. Sin dudas para esto se requiere una entrega total y absoluta de la vida a Dios, hay que arrancar toda práctica o conducta por inofensiva que parezca que nos desmoralice.

La frustración que da el hecho de querer hacer lo correcto, pero tender a hacer lo que sabemos que está mal llega cuando invertimos todo nuestro esfuerzo en producir los frutos del Espíritu sin la ayuda de Cristo. En realidad, nuestro esmero debe estar depositado en quitar los obstáculos que impiden que el Espíritu Santo haga su obra en cada uno de nosotros. No desesperes, pero no esperes que Dios haga la parte que te toca cambiar.

Un pacto de pureza

Si tal vez ya perdiste tu virginidad, quiero decirte que puedes resolver tener pureza. Esto es algo que va mucho más allá de una mera relación sexual. Abarca todos tus pensamientos y todo tu ser. Renueva ahora tu pacto de pureza sexual con Dios. No desistas porque el plan que Dios tiene para ti es mucho mejor que lo que te imaginas.

Cuando Cristo reine en tu vida, cuando te entregues a él sin medidas, te confieses y le pidas que te restaure, entonces la pureza será una consecuencia que llegará en el mismo momento en que dejes tu voluntad para realizar la voluntad de Dios en ti.
La pureza es una virtud que solo Dios puede darnos, y alcanza todas las áreas de la vida, incluida la sexual. Empieza en la mente, y nos hace incapaces de participar de cualquier cosa que sea inmoral. La persona pura depende de Jesús, no quiere desagradarle, desea cuidar su templo, absteniéndose de cualquier cosa que manche su pensamiento y degrade su conducta.

La sexualidad es un diseño perfecto, fue creada para glorificar a Dios y servir al otro. El plan de Dios es que aprendamos a ser abnegados y dominar la pasión, para ser capaces de cumplir su propósito: sexualmente plenos y espiritualmente consagrados.

Si no eres virgen, ponte a cuentas con Dios, a pesar de haber desobedecido en el pasado, puedes serle fiel en el presente. Si no eres puro, puedes serlo en Cristo. Confiésate en su presencia, y tus pecados serán emblanquecidos.

Si quieres ganar la vida que Dios ha preparado para ti, debes renunciar a todo lo que hoy te gusta pero te está destruyendo. Cristo te dará mejores cosas de las que puedes imaginar. Estás a tiempo de cambiar. Tu historia puede tener final feliz. Dios es poderoso para hacer mucho más de lo que puedes pedir o imaginar (Efe. 3:20).

Este artículo ha sido publicada en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Vicky Fleck, estudiante de psicología en la Universidad Nacional de Córdoba y miembro de la Iglesia Adventista de Córdoba Centro, Argentina.

¿Es necesario volver a la iglesia?

¿Es necesario volver a la iglesia?

¿Es necesario volver a la iglesia?

La vida espiritual después de Zoom.

“¿Tenemos que volver a reunirnos en la iglesia el sábado por la mañana, para el repaso de la lección? Es mucho más cómodo hacerlo por medio de Zoom, y después ver el sermón online. Puedo hacerlo desde mi cama mientras desayuno o almuerzo”.

Sí, el tema está instalado y fue motivo de debate en una reunión de jóvenes a la que asistí mientras reflexionábamos sobre cómo volver a la “normalidad” después de pasar meses en cuarentena.

Esta pregunta es muy válida (incluso si no hubiésemos padecido la COVID-19): “¿Por qué debería concurrir a la iglesia? No tengo amigos, la gente me mira mal, son todos hipócritas…” Y la lista puede seguir.

Separemos por un momento el tema de la pandemia, de los protocolos sanitarios y de las excepciones en general, y pensemos en cómo responderíamos a esta pregunta: ¿Debo ir a la iglesia? Después de todo, ¿no decimos siempre que la salvación es individual? Entonces, ¿para qué vamos a reunirnos en un lugar? Es probable que alguna vez te hayas preguntado lo mismo, o conozcas a alguien que lo esté pensando.

Algunas respuestas

Por eso, quiero invitarte a reflexionar brevemente sobre cuáles son las razones para congregarnos en la iglesia.

Empecemos por lo más simple: la iglesia no es un edificio; eso sería el templo. Pero la iglesia somos nosotros. La palabra “iglesia” viene del griego ekklesía, y se refiere a un grupo o comunidad. Por eso, Jesús declaró que “donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mat. 18:20, NVI). Los discípulos constituían una iglesia al reunirse en las casas, en la sinagoga, junto al río o en las catacumbas. Los cristianos en los primeros siglos del cristianismo fueron perseguidos por su fe, y por eso no tenían otra opción más que reunirse donde pudieran hacerlo.

La Biblia habla de la iglesia como una comunidad de fe. Y esto no puede darse en soledad. El propósito de esta comunidad de fe es adorar a Dios (Juan 7:24) y predicar su Palabra y cumplir con la misión de predicar el evangelio a todo el mundo (Mat. 24:14).

Entonces, voy a la iglesia para ser parte de esta comunidad, para relacionarme con la hermandad, más allá de los defectos o las luchas que todos podamos tener.

Mucho más que una “juntada”

No sé cuál sea tu experiencia hoy, pero cuando vemos la descripción que hace la Biblia de los primeros cristianos podemos notar que para ellos participar en la iglesia era algo más que solo juntarse por dos horas un sábado: “Eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración” (Hech 2:42, DHH). No solo estudiaban la Palabra, sino también se relacionaban entre sí, compartían sus necesidades, oraban, sociabilizaban, se servían unos a otros (Gál. 5:13), soportaban las cargas de los demás (Efe. 4:2).

Podríamos decir que quizá no encontramos esto en nuestra iglesia, y por eso no queremos asistir. Pero tenemos el ejemplo de Jesús, quien tenía la costumbre de concurrir a la sinagoga todos los sábados (Luc. 4:16). Es interesante pensar que él asistía a la iglesia cada semana desde pequeño, donde seguramente le tocó experimentar varias de las cosas que hoy algunos usan como razones para no congregarse más. Pero Jesús siguió yendo, y se nos dice que debemos seguir sus pasos (1 Ped. 2:21).

Como bien mencionan algunos, la salvación es individual, ya que depende de nuestra relación personal con Dios (Efe. 2:8, 9); sin embargo, en el momento en que aceptamos a Jesús somos parte del “cuerpo de Cristo” (1 Cor. 12:27). Ya somos miembros de su iglesia, y todos los miembros son necesarios para su buen funcionamiento (12:14-20). Pablo declara que cada uno recibió de parte de Dios un don, dado a nosotros para ponerlo al servicio de la iglesia, es decir, de las personas que conforman nuestra comunidad de fe. Cuando todos los feligreses participan juntos, haciendo uso de sus dones, todos los miembros crecen en la fe y el conocimiento del Hijo de Dios; maduran en el Señor, hasta llegar a la “plena y completa medida de Cristo” (Efe. 4:7-13). Es este el resultado final de que nos congreguemos, de que participemos en nuestras iglesias siendo “humildes y amables”, “pacientes unos con otros”, tolerando “las faltas por amor” (Efe. 4:2).

Un repaso general del libro de Hechos de los apóstoles o de las cartas paulinas nos ayudará a comprender que no existe la iglesia ideal, donde no haya conflictos. Basta mirar la propia iglesia de Jesús, con sus doce apóstoles, para que no queden dudas. Pero somos necesarios a fin de cumplir con nuestra función específica, para ayudar a los demás a desarrollarse, para que la iglesia crezca sana. Incluso si todavía no puedo definir cuál es mi don, incluso si no es lo más cómodo, “no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca” (Heb. 10:25, NTV).

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2021.

Escrito por  Santiago Fornés, Lic. en Teología y capellán en el Instituto Adventista de Morón, Argentina.

Héroes de la Biblia: para jugar y aprender

Héroes de la Biblia: para jugar y aprender

Héroes de la Biblia: para jugar y aprender

Ya está disponible Héroes 2, una aplicación para tu celular en la que conocerás más de tus personajes bíblicos favoritos.

En nuestra sección de este trimestre, damos paso a una noticia genial: el lanzamiento de Héroes 2, un juego bíblico que te ayudará a familiarizarte con los relatos de la Palabra de Dios.

Héroes 2 es una iniciativa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, con el apoyo de su canal de televisión mundial, Hope Channel. Los creadores del juego esperan que ayude a niños, jóvenes y adultos a familiarizarse más con las maravillosas historias de la Biblia.

“La Escritura es un documento fundacional de la civilización occidental, pero los jóvenes de hoy saben más acerca de los cómics que de las historias bíblicas. Deseamos que con este juego todos sepan que nosotros también fuimos llamados por Dios a ser los héroes de hoy”, explicó Sam Neves, director asociado de Comunicación de la Iglesia Adventista mundial.

Héroes 2 llega al público ocho años después del lanzamiento de la primera versión. En 2013, Héroes, the Game, llegó como un juego visionario que preparó el camino para el lanzamiento de muchos otros juegos adventistas. Desde entonces, ha acumulado más de diez millones de minutos de interacción con sus usuarios.

Acompañando a Héroes 2, se lanzó una serie de estudios bíblicos interactivos titulada Las grandes preguntas, en la que los propios personajes del juego responderán, basados en sus propias experiencias y como las narra la Biblia, preguntas frecuentes y complejas como: “¿Qué sucede cuando morimos?”, “¿Es Dios real?” y “Si Dios es bueno, ¿por qué sufrimos?”

¡Tienes que saberlo!

Héroes 2 es un desafío para todas las edades. Comienza con Adán y Eva. A medida que sumas puntos de experiencia (XP), desbloqueas a los demás héroes. Comenzarás en Génesis y terminarás en Apocalipsis. Cada partida consiste en doce preguntas, y el puntaje depende de cuán rápido y certero seas como jugador. Al principio, las preguntas serán sencillas, pero a medida que el juego progresa se volverán más difíciles. ¡Pero tendrás ayuda! Antes de comenzar una partida, puedes colocar hasta tres efectos en tu morral, que te darán poderes para avanzar. Hay diez efectos especiales que te ayudarán a ahorrar tiempo y avanzar más rápido. Desde el Efecto Elías, que te da una doble porción de XP, hasta el Efecto Daniel, que te revela el versículo bíblico en el que se encuentra la respuesta.

El juego está disponible en cuatro idiomas: inglés, portugués, español y francés. Puedes descargarlo gratuitamente desde Apple Store y Google Play Store. ¡Empieza a jugar ahora!

¡Estamos conectados!

Para más información, visita la página oficial del juego: heroesbibletrivia.org.

Puedes unirte a nosotros también en las redes sociales. Estamos en Facebook, YouTube, Instagram y Twitter.

Características especiales

  • Personajes en 3D: Para Héroes 2 se utilizó diseño en 3D.
  • Multijugador: Con Héroes 2, los jugadores pueden desafiar a su familia y a sus amigos simplemente compartiendo un link. Tus amigos responderán exactamente las mismas doce preguntas que tú, e intentarán batir tu récord.
  • Historias de los personajes: Puedes explorar el mundo de cada héroe con nuestras historias que revelan los trasfondos de cada personaje, y así comprender sus sueños y sus motivaciones.
  • Diez efectos especiales: Aparecerán en el juego y te ayudarán a ahorrar tiempo y avanzar más rápido.
  • Banda sonora original: Compuesta por Clayton Nunes y grabada por la Orquesta Filarmónica de Praga.
  • Narración cautivante: Estas historias no solo te traerán entretenimiento. Además, revelarán el propósito de Dios para tu vida.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2021.

Masturbación: ¿Buena, mala o inofensiva?

Masturbación: ¿Buena, mala o inofensiva?

Masturbación: ¿Buena, mala o inofensiva?

Claves para abordar una práctica muy usual de la que solemos no comprender sus peligros.

Hablar sobre masturbación no es sencillo. Hay muchos mitos y tabúes que se han perpetuado, y que impiden abordar el tema sin culpas o vergüenza.

La masturbación es una práctica sexual que consiste en la autoestimulación de las zonas genitales de tu propio cuerpo (pene/vagina), con el fin de alcanzar placer y experimentar la excitación.

La primera experiencia masturbatoria ocurre en la infancia, cuando un niño va descubriendo su cuerpo. Desde luego, es algo que uno hace involuntariamente. Llegados a la preadolescencia, aparece la masturbación voluntaria. En este momento, la mente ya tiene capacidad de formar ideas eróticas y los pensamientos sexuales provocan excitación. Aquí comienza a experimentarse lo complejo y peligroso de este hábito. A esto se suma la presión social de los pares, que lleva a que un adolescente practique la masturbación para demostrar su virilidad.

Hay muchas controversias acerca de cómo nos afecta o no esta práctica. Años atrás, psicólogos y psiquiatras se reunían con dirigentes religiosos para debatir acerca de si la masturbación es buena, mala o inofensiva. Muchos se preguntaban: “Si es pecado, ¿por qué la Biblia no dice nada al respecto?” “Si es perjudicial, ¿por qué la mayoría de los niños de entre diez y doce años comienzan a masturbarse de manera espontánea, sin premeditarlo, como si fuera parte de su desarrollo sexual?” Por eso, muchas veces se ha pensado que la masturbación es algo normal, naturalizándola y promoviéndola.

No obstante, ¿qué tal si en vez de preguntar si es buena o mala seguimos el consejo de Pablo de 1 Corintios 10:23?: “Todo está permitido, pero no todo es provechoso. Todo está permitido, pero no todo es constructivo”.

Si bien muchos profesionales de la psicología argumentan que la masturbación es la práctica ideal para el autoconocimiento, si nos guiamos por los principios bíblicos, llegamos a la conclusión de que el conocimiento de nosotros mismos no está a la luz del placer, sino a la luz de la Cruz. Hay un engaño muy sutil en esta idea. Experimentar el placer sexual antes de tiempo, a una edad tan prematura, puede obstaculizar el desarrollo de las facultades intelectuales, de la construcción de relaciones interpersonales y el manejo de impulsos.

Cuando nos basamos en el aspecto meramente físico, la masturbación activa circuitos neuronales de placer, disminuye la tensión y la ansiedad, y se convierte en un mecanismo de salida para situaciones problemáticas. Esto parece positivo pero no lo es, ya que el cerebro genera una dependencia de esta conducta. Luego, para lograr los mismos resultados, tendrá que aumentar la frecuencia de la práctica. Así, la persona tendrá un cuadro de compulsión masturbatoria, con posible adicción a la conducta, y un sinnúmero de disfunciones sexuales.

Como si esto fuese poco, la masturbación aumenta el individualismo y fomenta el egoísmo, porque con ella aprendes a disfrutar las fases del acto sexual en soledad, hasta volverse un vicio secreto. Tampoco es el camino para el autoconocimiento: Cristo es el camino para conocerte verdaderamente.

La pregunta correcta que debes hacerte si todavía dudas sobre practicar o no la masturbación es: ¿Cómo afecta esto a mi comunión con Dios y su plan para mi vida? ¿La ennoblece? ¿Permite que yo aprenda lecciones de temperancia, dominio propio y dependencia de Dios en mis momentos de ansiedad?

El Creador ha pautado tiempos para disfrutar de la sexualidad activamente. Ha diseñado que esposo y esposa gocen en conjunto de la sexualidad. Que no tiene como mero y único fin el placer; es un medio por el cual se llega al real objetivo: glorificar a Dios porque su diseño es perfecto, y aprender a servir a mi prójimo, priorizando sus necesidades y deseos por encima de los míos, si es necesario.

Sé sabio, ocúpate de formar un carácter temperante y espera el tiempo correcto para ser sexualmente activo. No se trata solo de no masturbarse porque es pecado; a veces, debes preguntarte si algo te conviene o no.

La mayor conquista de un joven cristiano es la que logra sobre su propio cuerpo y su carácter. Si aprendes a ser temperante sexualmente, y esperas al tiempo correcto y la persona correcta para practicar activamente la sexualidad, sin duda tu dicha futura será mayor, y tu comunión con Dios en el presente será mejor.

¿Realmente vale la pena practicar la masturbación, cuando nos traerá riesgos emocionales, morales, físicos, sociales y espirituales? Recuerda el consejo de Pablo: “Huye de las pasiones de la juventud” (2 Tim. 2:22)

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2021.

Escrito por Vicky Fleck, estudiante de Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba y miembro de la Iglesia Adventista de Córdoba Centro, Argentina.
@vickyfleck