Melbourne 1956
Recordados como los “Juegos de la amistad”, encendieron por primera vez la llama olímpica en el hemisferio sur.
Conocidos como los Juegos de la XVI Olimpiada, los Juegos Olímpicos (JJ.00.) de 1956 se celebraron en Melbourne (Australia) entre el 22 de noviembre y el 8 de diciembre. Esta era la primera vez que dicha competencia deportiva tenía lugar en un país del hemisferio sur. Participaron un total de 3155 atletas (2791 hombres y 364 mujeres) que representaban a 67 naciones.
La Unión Soviética fue la ganadora de más preseas (98), y superó por primera vez en el medallero a Estados Unidos (74). También se destacó el desempeño de Australia, tercera clasificada, que triplicó el número de preseas conseguidas en Helsinki 1952.
Las innovaciones tecnológicas también tuvieron un papel destacado en esta edición, con el florete eléctrico en esgrima y la medición del tiempo con cronómetro digital semiautomático en las pruebas acuáticas.
Una bandera olímpica
A solo un mes de la inauguración, los Juegos se vieron salpicados por tres boicots, todos por razones políticas. Esto redujo el número de participantes. La Guerra de Suez, la represión de la revolución húngara y los problemas en China fueron responsables de que varias naciones no participaran de la competencia.
No obstante, en la clausura se produjo un hecho histórico: unos 500 atletas marcharon juntos en un solo grupo bajo la bandera olímpica. Por esta razón, fueron apodados los “Juegos de la amistad”. El impulsor de esta medida fue un joven australiano de origen chino, John Ian Wing, que escribió una carta anónima al presidente del Comité Organizador, Wilfrid Kent Hughes.
¡El único en dos continentes!
Estos Juegos fueron los primeros que tuvieron lugar en dos continentes distintos. Las pruebas de equitación no se celebraron en Australia, sino en Estocolmo (Suecia), a más de 15.000 kilómetros de distancia y seis meses antes (entre el 11 y el 17 de junio). La razón fue que en aquella época existía una estricta cuarentena de seis meses sobre los caballos, por temor a un brote de fiebre aftosa que se había producido unos años antes.
El Comité Olímpico Internacional encontró una solución al designar una sede alternativa en otro país. Esto significaba una violación de la Carta Olímpica, que dispone la unidad de un lugar, pero se realizó para no eliminar a la equitación de la lista de deportes olímpicos. En la 50º Sesión del COI, celebrada en Atenas el 13 de mayo de 1954, se designó a Estocolmo como subsede.
Al contrario de lo que se cree, los Juegos de 1956 no fueron los primeros con eventos en dos países distintos. En los JJ.OO. de 1920 en Amberes (Bélgica), algunas pruebas de vela se hicieron en Ámsterdam (Países Bajos).
Una constelación de estrellas
Si nos centramos en deportistas destacados, sin duda la australiana Betty Curhbert acapara la atención. La joven de tan solo 18 años fue la gran heroína de la edición al obtener tres oros en atletismo (en 100 metros, 200 metros y una plusmarca mundial en el relevo de 4×100). Junto a ella también se destacó su compatriota Shirley Strickland, quien revalidó el oro que había obtenido en Helsinki 1952 en los 80 metros vallas.
Vladimir Kuts fue fundamental en el gran papel de la Unión Soviética en estos juegos; venció en los 5.000 y 10.000 metros con récord olímpico en ambos. Además, Lonid Spirn logró la victoria en 20 kilómetros marcha.
El amor también estuvo presente en Melbourne 1956, con la relación iniciada entre la lanzadora de discos checoslovaca Olga Fikotova y el lanzador de martillo norteamericano Halord Connolly. Su historia de amor en plena Guerra Fría ocupó portadas de periódicos y llevó a la boda de ambos en Praga.
Otro atleta digno de mencionar es el norteamericano Bobby Morrow, conocido como la “flecha blanca”. Él obtuvo tres medallas de oro en los 100 metros, 200 metros y relevos de 4×100 metros.
La natación fue el deporte que más alegrías le dio a Australia: 14 medallas (ocho de ellas de oro). El gran medallista en natación fue Murray Rose, con tres oros.
La nota negativa llegó con el incidente protagonizado por la URSS y Hungría en la semifinal de waterpolo. Debido a la ocupación de Budapest, este partido despertaba un fuerte interés mediático y acabó de una manera que empañó la edición.
Los húngaros iban ganando 4-0 cuando pocos minutos antes del final uno de sus jugadores recibió un puñetazo que le abrió la ceja. La sangre que desprendía el deportista húngaro hizo que el agua de la piscina adquiriera un color rojizo. Parte del público se lanzó a la piscina y el encuentro terminó con la intervención de la policía.
Dentro de los hitos deportivos de Melbourne 1956, no podemos olvidar al francés Alain Mimoun, quien obtuvo el oro en la prueba de maratón en una de las ediciones más duras de la historia, por las altas temperaturas. Muchos atletas tuvieron que desistir, y su gran contrincante, Emil Zatopek, llegó en sexto lugar.
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del segundo trimestre de 2021.
Escrito por Por Leo Ottín Pechio, Lic. en Educación Física y Guardavidas Profesional.
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