Yo me quiero casar, ¿y tú?
Si llegar al altar junto a tu novio/a es tu meta, entonces, lee estos consejos.
Hace algunos años, existía en Argentina un programa de televisión que se llamaba “Yo me quiero casar, ¿y usted?”, en donde participaban diferentes parejas que querían contraer matrimonio.
Cuando me pongo a conversar con jóvenes sobre sus noviazgos y planes de casamiento, noto en la mayoría una serie de dificultades que podrían malograr su matrimonio o podrían ser una barrera para avanzar al casamiento.
Intentaré mostrarte algunos de los principales escollos que puedes encontrar antes del casamiento, y cómo es posible esquivarlos con la ayuda de Dios.
1. No se aceptan devoluciones
Lo primero que debes saber es que el matrimonio es para toda la vida. Sí, toda. Entera. No es como un programa de televisión que, si no te gusta, lo cambias. Para nada. La unión que Dios ideó y planeó para el hombre y la mujer es para siempre. Dios es eterno. Y la Biblia dice que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Entonces, el amor también es eterno.
La elección que hagas puede ser una gran bendición para toda tu vida o una gran maldición para toda ella. Tú decides. Por eso, debes elegir con cuidado, pensando muy bien cada paso, pidiendo la ayuda de Dios en todo, y también de los mayores con más experiencia. Y claro, siendo racional, no solo sentimental.
2. ¿Hacia dónde vamos?
El trabajo en equipo siempre funciona mejor que el individual. Se trabaja más rápido y organizado. Por eso, los dos deberían tener metas en común, y ambos trabajar para conseguirlas. ¿Te imaginas si ella quiere pasar toda su vida viajando por el mundo, y él quisiera estar siempre cerca de su madre porque padece problemas de salud? ¿Alguna de las dos metas están mal? Para nada.
Elena de White menciona que deberíamos aspirar a cumplir todas nuestras metas y sueños, pero siempre con la dirección de Dios. El problema es que las metas antes mencionadas son incompatibles entre sí. ¿Cómo se pondrían de acuerdo dos personas con metas totalmente opuestas? Debes pensar eso a la hora de elegir un compañero de vida.
Antes de comenzar un noviazgo, averigua cuales son las metas y los sueños de la otra persona; así tendrás más luz y sabrás si es un potencial compañero con objetivos alineados con los tuyos.
3. El arte de comunicarte
Parece tan fácil, pero ¡qué difícil es saber comunicarse bien! Yo me dedico a comunicar (me desempeño como director de Marketing Digital en mi agencia), pero comunicar para una empresa no es lo mismo que comunicarme con mi esposa. Esta es un área en la que ambos deben trabajar. Es importante saber cómo interpretar las ideas del otro, hablar de cosas que edifiquen y sean de beneficio mental. También conocer las expresiones para saber que, ante determinada mirada, debo acudir en su ayuda, o darme cuenta, al leer la expresión en su cara, si precisa un abrazo.
Cuando uno empieza a vivir 24×7 con otra persona (es decir, las 24 horas del día y los 7 días de la semana), esto se torna una aventura; es algo que durante el noviazgo debes practicar y aprender a interpretar: la correcta comunicación.
No todo es besos y abrazos. Escucha a la otra persona, hablen mucho de cosas profundas, diviértanse, hagan un culto juntos y lean un libro en común. Con todo esto, vas a ver cómo, poco a poco, la comunicación entre ambos empieza a mejorar.
Seguimos en el próximo número.
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del segundo trimestre de 2020.
Escrito por Fernando Liernur, diseñador gráfico y especialista en Marketing Digital.
Si
Es de mucha bendición para mi este articulo.