Contacto estrecho

Abr 1, 2022 | Editorial | 0 Comentarios

“No es amor el amor que se transforma con el cambio, o se aleja con la distancia” (William Shakespeare).

Tal vez una de las frases que más nos dieron miedo en estos últimos tiempos de pandemia haya sido: “Soy contacto estrecho”. Esto significa que tuviste una relación cercana con alguien contagiado por COVID-19 y que no solo deberás aislarte por prevención: es probable que en horas más tú también tengas el virus. 

En estas tristes épocas, no solo hemos experimentado de cerca las garras de la muerte, también hemos vivido algo terrible: la separación física debido al aislamiento de familiares y amigos. 

Tal vez antes te quejabas por ir a la escuela cada día, pero ahora valoras el hecho de relacionarte personalmente otra vez con tus compañeros y tus profesores.

Es que Dios nos creó como seres sociales y no es natural para nosotros estar distantes o alejados de aquellos que queremos.

El problema de nuestro mundo es mucho más grande que una pandemia que nos separa. El problema se llama “pecado” y es el originador de todas nuestras distancias, ya que él ha marcado una separación extrema entre nosotros y Dios (Isa. 59:1, 2). Pero esos mismos versículos aseguran también que la mano de Dios no se acortó para salvar. Por medio de Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe (Heb. 12:1, 2), obtenemos perdón y victoria, dado que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hech. 4:12).

Dios quiere restaurar su relación con nosotros. Él nos llama “su pueblo cercano“ (Sal. 148:14, DHH). Él te conoce y entiende tu dolor, y sabe de tus lágrimas. Es también su dolor y son también sus lágrimas. La promesa es segura: “El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza” (Sal. 34:18, DHH).

El amor de Dios hacia nosotros nunca cambia. Él quiere estar cerca de ti hoy, si se lo permites, porque “el Señor está cerca de los que lo invocan” (Sal. 145:18). Cuando eso ocurra, notarás que todo lo que él te dice es para tu felicidad: “Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandamientos son verdaderos” (Sal. 119:51) y “en verdad, Dios está muy cerca, para salvar a los que le honran” (Sal. 85:9, DHH).

Dios quiere tener un contacto estrecho contigo hoy: “Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca” (Isa. 55:6). 

No te contagiará. Al contrario, te dará la verdadera sanidad, la que nada ni nadie te pueden dar.

Este artículo es una adaptación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del segundo trimestre de 2022.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

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